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||América||

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||América||

Han pasado los días y en cada uno de ellos he visto a mi mate en el instituto, veo que está espiando a nuestra luna, seguro que por órdenes del Alpha.

Lo veo hablar con nuestro director, me acerco sigilosamente para escuchar la conversación.

No creo que sea buena idea señor Maximiliano - dice la dudosa voz del director.

Lo ordena el Alpha - dice Maximiliano autoritario.

Pero aún así, no me parece sano que te mande a ti a vigilar a nuestra luna - camina en círculos en el patio.

Y que me meta a mi en este problema - señalándose una y otra vez.

Oye, es nuestro amigo - dijo Maximiliano.

Lo sé, pero que me pida otra cosa, la que sea - hizo una pausa - menos colocarte a ti como el profesor de historia de mundo Mágico.

Mis ojos casi se salieron de mi rostro, esa era mi cátedra favorita...ahora estaría el todo el tiempo ahí, torturandome con su olor.

Ya está decidido, mañana comienzo a trabajar aquí - dijo y se despidió del Director Alcalá  con la mano.

No tan rápido - dijo este tomándolo de la misa.

Si vas a tomar ese puesto, será desde hoy - dijo y sonrió a lo que a mi mate no le dio gracia.

Tengo pendientes - se limito a decir.

¿Como cuales? ¿Buscar eternamente a tu inexistente mate? - la cara de Maximiliano cambio de forma, se veía que su lobo quería tomar posesión de su cuerpo, me dio miedo.

Maximiliano lo tomo por la camisa y lo batió contra una fuente.

No se te ocurra volver a mencionar ese tema ¿me has entendido?-dijo este gritando y gruñendo.

Entendido -dijo el director ya repuesto y sin ninguna emocion en el rostro.

¿Dónde queda el maldito salón?- mi mate trataba de reponerse.

Es el aula 456-2 vamos, empieza en 5 min - dicho esto emprendieron caminata por el pasillo contrario al mío, algo que agradecía.

Tome unos segundos para descansar mi agitado corazón, hasta que entre en razón. Ellos se habían ido al aula, a la que yo debí haber entrado hace más de 10 minutos.

Sin más en que pensar, corrí como poseída por el pasillo, esperando llegan antes al salón que mi hermoso profesor. Pero me fue inútil, mis pasós fueron firmes, pero ni eso evitó que me callera al piso pues, no me fije que estaba mojado.

En frente del aula, estaba yo como venado recién nacido, cada que me paraba volvía a caer de culo otra vez al piso. Y para mi mala suerte, parece que maximiliano me escucho pues abrió la puerta y me vio en la lucha por mantenerme en pie.

Olor a Beta [TERMINADA] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora