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Las cosas en Kitchen Beat iban bien. O eso pensaba Jung.

Últimamente Haechan estaba saliendo más con sus amigos, y con los novios de estos;  y también salía con ese joven que a Jaehyun le intrigaba mucho. Haechan tenía una linda marca en su espalda, cerca de su hombro derecho, estaba bien definida y era inigualable. A imaginación de YoonOh, era parecido a un sol.

Jaehyun se había dado a la tarea de encontrar a la persona que tuviera una marca similar. Sabía que era un hombre porque lo vio en un sueño, o al menos tenía una silueta masculina, pero eso había sido hace muchos años, cuando recién había adoptado a Donghyuck, Jaehyun no sabía qué forma tendría ese chico en la actualidad o dónde viviría. Él debía encontrar a esa persona pronto.

Cuando recién Jung había adoptado a Haechan, ambos se prometieron encontrar a la pareja del otro, para Haechan era más fácil, él podía ver a la persona a través del hilo rojo sin necesidad de moverse, y cuando estaban cerca ese hilo era visible. En cambio YoonOh, tenía que buscar en las espaldas de las personas, lo bueno es que nunca olvidaba una marca cuando la veía y si ya la había encontrado anteriormente, si tocaba la espalda de la otra persona, él podía ver al destinado.

Aunque era muy difícil que alguien te dejara ver alguna parte del cuerpo hoy en día y eso de preocupaba al mayor.

Haechan había dicho que ya había encontrado el otro extremo del hilo rojo de Jaehyun y eso lo asustaba. Porque había una creencia de que podías perder los dones, e incluso morir si un "bendecido" encontraba a su alma gemela.

—Jaehyun ¿Estás bien? —peguntó el Lee de cabello blanco mirando fijamente a su empleador .

Ambos estaban solos en la cafetería. Las calles oscuras determinaban que la jornada laboral había terminado y era hora de retirarse. Jaehyun terminaba de lavar la vajilla pero se perdió en su mente en algún punto porque su vista se quedó allí, viendo a todo y nada, parecía no estar en este mundo.

—Sí, sólo que me distraje ¿Ya cerraste? ¿Puedes alcanzarme ese molde? —preguntó Jaehyun observando un refractario metálico a un lado de la estufa.

—Sí, cerré, pero colocaré el seguro en cuanto me vaya.

Taeyong tomó el molde de pastel a la ligera, pensó que estaba vacío, pero descubrió que estaba sucio y tenía agua para sacar más fácil la harina tostada, fue demasiado tarde su descubrimiento, ya que toda esa agua cayó en su ropa.

—¿Estás bien? —preguntó el mas alto, tomó un trapo y se secó las manos.

—Sí claro, fue un descuido, perdón.

—Iré por ropa a mi habitación, no permitiré que te vayas así. —Jaehyun dejó la cocina y subió a su hogar. Agradecía infinidad que su negocio también fuera su casa.

Taeyong solo se limitó a terminar de lavar los trastes que aún quedaban sucios, y esa tonta olla de pastel de queso que seguía sucia, qué más le quedaba hacer. Se debatía en sí debía tomar la oportunidad ahora, que, por alguna razón parecía que el destino le daba una oportunidad, o, dejar ir todas esas ideas que Haechan le había metido en la cabeza.

Jaehyun bajó apresurado con una camisa en las manos, era la más pequeña que tenía, seguramente a Taeyong le quedaría bien, compartían un estilo de vestimenta similar, a ambos les gustaban los colores claros, la ropa fresca, los pantalones con estilo, Jaehyun sonrió, tenían muchas cosas en común.

—No sé si te quede, pero pienso que sí—Jaehyun fue amable al darle la prenda a su compañero.

Cuando se tocaron las manos sintieron un escalofrío, de esos que activan tus sentidos y te sacan una sonrisa. La tensión que habían sentido los alertó y alentó al mismo tiempo.

Red Thread (Markhyuck)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora