Nos dirigíamos a una de muchas puertas que daban al enorme jardín.
Recorrimos gran parte del enorme jardín hasta que el se detuvo enfrente de un árbol de Magnolias.Era totalmente hermoso y grande.
-aquí, hará buen contraste con la sudadera que traes puesta. Señaló el.
-eso creo.
- colócate ahí. Ordenó
Me ponía nervioso el saber que me tendría que ver muy fijamente. Mentí cuando le dije que no tenía fotos mías, lo hice por qué no me gustan mucho las qué tengo en mi instagram pero nunca pensé que esto iba a llegar tan lejos. Es decir; me va a tomar fotos el chico que me gusta!
Me coloqué justo bajo el árbol y volteé a mirarlo.
-esto realmente no es necesario. El profesor no pidió fotos. Grite incomodo y nervioso.
- claro que lo hizo. Solo sonríe. Exclamó.
Y fue lo que hice, por dentro me moría de nervios y de emoción. Estaba inseguro por qué podía haber algo en mi cara que me haría lucir mal frente a él. Pero después de algunas fotos, eso ya no me importo; solo me deje llevar por el momento tan mágico que estaba viviendo.-tengo la indicada. Dijo alegre viendo su cámara.
-Perfecto. Dije levantándome del lugar donde me senté por órdenes de él.
-tenemos que acabar el trabajo.
-esta bien regresemos adentro. Indicó.Ya estando adentro el abría la computadora y empezó a pasar todas las fotos que había tomado.
Pasaba una por una revisándolas detalladamente.
-esta pudo ser perfecta. Mencionó
- tienes razón pero tenías que mover un poco más a la derecha las cámara. Señale.
- justo estaba pensando lo mismo, pero tú como sabes esto pensé que nunca habías tomado una foto.
-cierto. Pero no dije que nunca había tomado una foto. Tal vez a mí mismo no. Pero a cosas o lugares si. Mencione un poco nervioso desde el sillón.
Creí que me había ignorado hasta que lo vi anotando algo en una diapositiva; 'Le gusta tomar fotos'
-mira, pondré esta. Luces bien.
-esta genial. Dije.
-así que, ¿cuál es tu nombre? Pregunto con mucho interés.
-Emanuel Morgan.
-interesante, ¿cuantos años tienes?
-16
-y cuando naciste?
-Nací un 27 de noviembre
- significa que eres más chico que yo. Volteo hacia mi riéndose.
-eso creo.
-Por cierto ¿como supiste en donde vivía? Pregunte confundido cuando recordé que yo nunca se lo dije.
-jajajaja llevamos más de 2 horas aquí y tú apenas reaccionaste. Pero me dijo tú amiga Samantha creo que ese es su nombre. Bueno en realidad le dijo a mi mejor amigo Ruben, por que yo le pedí que le preguntara.
- La voy a matar. Susurré con enojo.
-¿por qué?
-Por que no puede andar diciéndole a la gente en donde vivo y más si no me lo consulta conmigo antes.
-cuidas mucho tu seguridad.
- así es. Respondí orgulloso.
-anotado. Dijo el.
-¿qué cosas te gustan y qué cosas no?
- amo escuchar música, ver series o películas, leer, no me gusta la gente racista e hipócrita.
- qué hay de los homofobicos? Soltó en seco.
-los odio.
- ¿por qué?
- Me parece estupido el pensar que por qué la gente no sea igual a ti debe de ser discriminada. No respetar el amor que otros se tienen es aún más estupido. No les debería importar lo que las demás personas hagan.
- La vena de tu cuello está por explorar. Comentó el.
-perdón creo que me excedí. Dije saliendo de mi burbuja de odio.
-esta bien, no te preocupes. Pero yo quisiera saber si tú eres
-gay? Lo interrumpí. Si lo soy.
Me acerque hasta donde estába el y tome una silla que estaba a su lado para sentarme.
-pero no es necesario que lo pongas en el trabajo. Todos ya lo saben. Dije relajado recargando mi barbilla sobre mi brazo.
- No lo pensaba poner. Y quiero que sepas que yo no soy homofobico, creo que cada persona tiene el derecho de amar a quien quiera sin ser juzgada. Lamento que hallas tenido que soportar esos comentarios. Dijo mostrando una expresión muy amable y sincera.
- esta bien, puedo vivir con ello.
De pronto el se acercó rápidamente muy cerca de mi rostro.
- tus pestañas son realmente hermosas. Mencionó muy sorprendido.
-si yo creo que ...
Levante mi cabeza y quedamos totalmente frente a frente. Podía sentir el aire salir por nuestras narices. Mirándonos fijamente. Las piernas me temblaban, mi corazón estaba latiendo muy rápido y fuerte. Mis manos sudaban y nos acercábamos lentamente.
-tus ojos son aún más hermosos de cerca. Susurro el.
-los tuyos brillan con mucha intensidad. Dije.
1 centímetro separaba al uno del otro hasta que se escuchó a alguien tocar la puerta del cuarto.
Emiliano se separó rápidamente dejándome ahí como un tonto.
-¿quien? Pregunto con normalidad
-soy yo, me tienes que llevar a mi entrenamiento.
-demonios es cierto. Susurro
- enseguida bajo. Grito
- lo siento, tengo que llevar a mi hermano a su entrenamiento. Dijo con una mirada muy tierna.
Tuve que salir rápidamente de mis pensamientos los cuales me estaban abrumando.
-esta bien no te preocupes, si quieres yo puedo terminar el trabajo.
-No, tú ya hiciste tu parte y yo haré la mía. Por eso no te preocupes.
- esta bien. Dije para después tomar mi mochila que estaba sobre una silla.
Mientras el se metió a su closet. Yo me dirigía hacia la puerta de la habitación.
-¿a donde vas? Pregunto el parado en la mitad del cuarto.
- pues a mi casa. Respondí confundido por su comentario.
-yo te llevaré, solo voy a dejar a mi hermano a su entrenamiento.
- no tienes que hacerlo, puedo tomar un taxi. Dije levantando los hombros.
- no conoces a nadie aquí, te podrían secuestrar o violar. Dijo con un tono de preocupación.
-te llevaré y no se discute más. Dijo firme y salió de la habitación rápidamente, yo me fui detrás de él; bajamos las escaleras y nos topamos con el mismo chico que vi el otro día con Emiliano. Era casi igual a él pero como 5 centímetros mas bajo y con el cabello un poco más rizado.
- llegas muy tarde, y él quién es? Pregunto cuando noto mi presencia.
-un nuevo amigo, vámonos ya que llegaremos tarde. Mencionó Emiliano antes de salir de la casa.
Lo seguimos con rapidez y su hermano corrió para sentarse en el asiento del copiloto.
-oye que te pasa. Reclamo Emiliano.
-lo siento, es algo grosero, no tienes problema en irte atrás?
- No para nada. Está bien.
Dije antes de subirme.
Él arrancó, la puerta gigante se abrió y salimos de la casa.
-Por cierto, este que te robó tu lugar es mi hermano, se llama Cristobal es un año menor que nosotros. Comentó Emiliano viéndome a través del espejo.
Cristobal se giró para verme;
-hola, soy Cristobal y wow que increíbles ojos. Dijo sorprendido.
-soy Emanuel, un gusto y gracias. Dije sonriendo.
-de verdad son sorprendentes. Tienes el universo en tus ojos.
- no creo que sea para tanto pero gracias igual. Dije algo sonrojado.
- el tiene razón el universo está en tus ojos. Dijo Emanuel viéndome otra vez por el retrovisor. Estaba sonriendo, su mirada estaba sonriendo.-ya llegamos. Anunció el mayor.
Reconocí inmediatamente el lugar, un lugar techado con olor a cloro y esos colores en el letrero.
- entrenas en acuarela? Le pregunté a Cristobal.
- si, como sabes de ellos?
- competí contra ellos.
- ¿como? ¿Sabes nadar? Exclamó.
- pues si.
-algún día competiremos, bueno me voy Em. Te hablo para que me vengas a recoger. Y Emanuel, fue un gusto. Dijo sonriendo antes de salir del auto.
- se fue, ahora si puedes pasarte aquí adelante.
- esta bien. Dije
Me pase al haciendo de adelante.
-vámonos. Freno en seco. - espera no se en donde queda tu casa. Dijo frunciendo el ceño.
- solo son tres calles a la izquierda y una a la derecha. Dije con tranquilidad.
-Bueno suena sencillo. Mencionó antes de salir del estacionamiento.-tu casa es muy bonita, como tú sudadera. -Dijo con esa sonrisa encantadora mirando mi casa -te mandaré mensajes cuando llegue a mi casa para terminar el trabajo.
-si está bien.
-Bueno tengo que ir a hacer algunas compras.
Nos vemos mañana
-esta bien, cuídate. Dije ya fuera del carro.
- adiós ojitos de universo . Susurro antes de arrancar e irse.
Mi corazón se aceleró. Esta tarde había sido totalmente mágica. Emiliano hacía que todas mis emociones se mezclaran y desapareciera en mí los nervios. Solo era emoción y amor.
Puro amor. Sin embargo me confundía mucho la situación, estuvimos a punto de besarnos y parece que él me coquetea pero ¿será real todo esto? ¿O solo estoy exagerando las cosas?
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Mi Otra Mejor Mitad
RomanceTodo empieza con el regreso a clases de Emanuel, donde descubre que Emiliano, un chico bastante guapo del que cualquier chica podría quedar deslumbrada (por tanta perfección) llega a su salón. Una semana basta para que los sentimientos entre ambos...