Cena inesperada

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El timbre del teléfono no dejaba de sonar, al principio pensé que era solo mi estupida alarma hasta que me di cuenta que era el tono de llamada especial de Santi

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El timbre del teléfono no dejaba de sonar, al principio pensé que era solo mi estupida alarma hasta que me di cuenta que era el tono de llamada especial de Santi.

Me levanté para contestar y fue ahí cuando me di cuenta que estaba lleno de sus mensajes.

Al ver la hora supe el porqué.

—Hola —contesté algo apenado.

—Genial sigues vivo pero no por mucho —gruñó molesto— llevó veinte minutos esperándote y me estoy congelando.

—Puedes esperar otros diez —pedí torpe.

—No soy tu puto chofer Invierno —me gritó.

—Te veo en diez —dije para colgarle.

Me vestí lo más rápido que pude aunque eso me llevó algo de tiempo.

Cuando estaba por bajar escuché la voz de Santiago.

—Solo quería decirle que mi comportamiento aquel día fue incorrecto y no debí actuar de tal manera —se disculpó— lamento si el video afectó su manera de verme.

—Santi no tienes que hacer esto —le dijo mi madre tranquila— Winter ya me contó y quiero agradecerte por cuidar de él.

Yo peleándome con mi mamá a muerte y Santiago solo necesito una disculpa mal ensayada... no entendía a esa mujer.

Baje con cuidado para mirarlos.

—Gracias por despertarme —le dije a mi madre.

—No soy tu despertador Wint —contestó besando mi frente.

Estaba en claro que hoy no era mi día.

Salimos un poco tarde lo que quería decir que nos perderíamos la primera clase, lo cual me tenía sin cuidado.

—¿De verdad lamentas haber destruido ese auto? —pregunté algo confundido, no creía que fuera capaz de algo así.

—Claro que no —contestó— mis padres me obligaron.

—¿Ellos te regañaron? —pregunté nervioso.

—No... no realmente —confesó— después de explicarles lo entendieron así que me obligaron hacer dos cosas, pedir disculpas por mi comportamiento —explicó— aún me faltan unas cuantas.

—¿Y que otra cosa? —pregunté confundido.

—Tengo que presentarte con ellos —dijo desanimado.

—¡¿Qué?! —exclamé.

—Lo que oíste Invierno, ellos quieren que cenes con nosotros —confesó nervioso.

—Pues que les dijiste —exclamé.

Él solo puso los ojos en blanco.

—Que destroce un coche por ti —dijo entre dientes.

Winter Jones, las sombras de invierno.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora