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Llega la mañana del lunes. Jimin tiene miedo de ir al instituto. 

No quiere ver a Yoongi. No quiere ver a nadie, pero su madre no le escucha. A menos que esté enfermo con gripe no hay forma de que falte a clase. 

Y allí está Jimin, retorciendo sus manos en la entrada. 

No está seguro de lo que Yoongi hará, o si le dirá algo. Pero pase lo que pase lo aceptará, y se disculpará con él por todo. Él es el que lo hizo mal. El que hizo un desastre. 

Pero cuando ve a Yoongi en el pasillo el mayor no se le acerca, pasando a su lado como si no existiera. 

Y eso duele. No sabe por qué, pero ser ignorado es peor que la confrontación directa 

¿Yoongi no le va a hablar si quiera? 

Y lo que es peor, el peligris luce horrible, ojeras oscuras bajo sus ojos, vendajes nuevos en sus manos. Eso hace que Jimin sienta una incomodidad en su pecho, porque solo quiere que Yoongi esté bien. 

Jimin se dirige a su aula, sentándose junto a su mejor amigo. En cuanto puede le pone al día de todas las novedades del fin de semana 

- Se lo debiste decir al principio - dice Tae 

- Lo sé - Jimin suspira - ¿Qué debería hacer ahora? 

Tae se encoge de hombros 

- Lo que ya has hecho hecho está. Deja al pobre chico en paz 

Pero Jimin no puede. Siente picores en todo el cuerpo. Tiene que hacer algo para hacer las cosas bien. Sobre todo, quiere seguir siendo amigo de Yoongi 

Jimin decide esperar a Yoongi en su taquilla al final del día, para explicarle al mayor como se siente, y preguntarle que puede hacer. 

Pasan diez minutos antes de que Yoongi aparezca, la luz golpea su rostro mientras rodea la esquina, a su espalda una mochila demasiado grande para su cuerpo, mechones de cabello plateado peinados dentro de una gorra, que cubre sus ojos tristes y bonitos.

Y el único pensamiento que cruza la cabeza de Jimin en ese momento es 'Wow, es muy guapo' 

Yoongi mira hacia arriba, y nota la presencia de Jimin. Todo el cuerpo del mayor se tensa y su silbido se detiene. 

- Hyung - Jimin da un paso hacia Yoongi - Por favor habla conmigo 

Yoongi le mira, una gran tristeza en sus ojos, y sigue andando hacia la salida sin dirigirle una segunda mirada.  

Así que así van a ser las cosas ahora 

El corazón de Jimin se acelera. Corre hacia el baño, para no montar una escena en medio del pasillo. Comienza a hiperventilar mientras mira su propio reflejo en el espejo 

La ha cagado. 

La ha cagado mucho y ha hecho daño a alguien inocente 

En ese momento oye como se abre la puerta. La sombra de un cuerpo aparece junto a él. 

- Lo siento - dice Jimin rápidamente secándose las lágrimas - Está ocupado. Me he olvidado de cerrar la... 

Se da la vuelta a ver quién ha entrado. 

Es Namjoon