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- ¿E-estás bien? 

Jimin asiente 

- Lo siento si fui muy dramático. Arruiné nuestra cita

Yoongi hace un puchero antes de lanzarse contra Jimin, apretándolo entre sus brazos 

-¡No! No has arruinado nada. Está bien. Es la mejor cita del mundo. Lo prometo 

Jimin aparta la mirada, incapaz de mirarle a los ojos, porque no quería ver el brillo ilusionado en los orbes ajenos. 

Y así llego el final de la cita, tiempo de irse a casa. 

Yoongi insistió en acompañar a Jimin a su casa, aunque tuviera que pagar más para llegar allí. 

El viaje es incómodo. Están sentados uno junto al otro, sin tocarse, el peluche de Pikachu encajado entre ellos. Jimin no sabe que hacer o decir, cómo arreglar ese enorme desastre. 

Y si es totalmente sincero consigo mismo, Jimin no está seguro de si solo tiene sentimientos platónicos por Yoongi. Siempre le había parecido muy atractivo, pero a él no le iban los chicos problemáticos, por eso nunca pensó demasiado en el. Además estaba enamorado de Namjoon desde hace mucho, en su mente no había espacio para nadie más. Pero esta había sido una gran "cita", nunca imagino que podría conectar tanto con el peligris. 

Quizá había puesto todos sus huevos en una única cesta por demasiado tiempo. 

Yoongi es un gran partido, y cualquiera que se detuviera a mirar más alla de su fachada se daría cuenta. Si Jimin no estuviera tan enamorado de Namjoon sin duda le daría una oportunidad a Yoongi 

- ¿Estás bien Jiminie? - pregunta Yoongi, sin cruzar la vista con él 

Jimin asiente secamente 

- Sí. Me lo he pasado muy bien hoy hyung 

Yoongi vibra en su asiento, incapaz de contener su felicidad

- ¿De verdad? Me alegro mucho. Tenía miedo de joderlo todo y que me odiaras 

- Nunca podría odiarte. Eres una de las mejores personas que he conocido 

Yoongi se acerca a Jimin, haciendo desaparecer el espacio entre ellos, y se recuesta sobre su hombro

- Gracias - murmura, con los ojos cerrados 

El taxi para frente a la casa de Jimin. Salen y se dirigen hacia las escaleras frente a la casa. Yoongi permanece allí un minuto, tímidamente mirando sus pies. Jimin respira hondo, las palabras dando vueltas en su cabeza. Antes de decirlo, ya sabe que es un error.