Era sábado en la noche, Liam y Niall aun no podían creer que Harry había vuelto a la ciudad. Eran amigos en la escuela primaria, siempre estaban juntos, desayunaban juntos a la hora de el receso, por las tardes hacían tarea y comían en casa de Harry o Liam y por las noches cenaban las galletas que la mamá de Niall traía de regreso del trabajo.
Liam siempre fue un niño muy inteligente y sobreprotector, era amable y lindo con todos y todas en la escuela, dejaba que las maestras pasaran primero y era quien repartía los cuadernos todos los días.
Niall era un niño muy distraído, siempre estaba platicando y las profesoras lo callaban cada clase, pero era muy cariñoso y siempre les llevaba dulces a las niñas cuando lloraban por que los demás niños les jalaban sus coletas.
Harry era diferente a todos, era muy reservado pero muy inteligente, sobre todo muy artístico, las maestras sabían que las matemáticas no eran lo suyo, por eso cuando los demás niños jugaban en el pizarrón a resolver sumas y restas, a el le daban pinturas y pinceles, tenían una pared blanca en la que Harry siempre dibujaba y antes de irse a casa, la limpiaba y quedaba blanca de nuevo esperándolo para el siguiente día.
Un dia Harry llego muy triste a la escuela, diciéndoles a sus amiguitos que se tenia que ir de Londres, pues su papá había conseguido empleo en Texas, en Estados Unidos, y aunque no sabía en donde quedaba eso, sabia que era muy lejos y que no los podría ver mas.
Niall y Liam se sintieron muy tristes, pues Harry era su mejor amigo, y no puedes separarte de tu mejor amigo si solo tienes 10 años. La ultima tarde juntos fue difícil, no desayunaron en el colegio, no comieron la pizza en casa de Liam ni cenaron las galletas que la mamá de Niall había llevado, estaban en el jardín delantero de la casa de Harry, recostados en el pasto viendo hacia las estrellas, recordando cosas tontas que habían hecho juntos, como cuando Niall comio tantas uvas y arandanos que Liam y Harry querían exprimirlo para ver si sacaba jugo. O cuando Liam le dijo “mamá” a la profesora de matemáticas, o cuando descubrieron que a Harry le gustaban los niños por que en San Valentin le había mandado una carta de amor al guapo y joven profesor de ingles. Por suerte el profesor era muy amable y en vez de molestarse o sorpenderse le regalo a Harry un chocolate con avellanas. Harry había regresado a casa sumamente sonrojado mientras Niall y Liam se reían bajito.
Anne y Gemma, la mamá y hermana de Harry subían cajas y cajas de ropa y juguetes a la mini van de la familia, mientras su papá llevaba los muebles al camión de la mudanza que partiría a la mañana siguiente.
Gemma estaba molesta por la mudanza, pues en Londres se encontraban todos sus amigos y su novio Dylan, era una chica de 14 años a la que las hormonas la habían atacado y lloraba cada que encontraba fotos o cartitas en su ahora vacia habitación.
Niall y Liam se voltearon a ver preocupados, sus mamás se acercaban a la casa de Harry y se dieron cuenta que probablemente seria la ultima vez que verían a Harry.
Los tres niños se levantaron del césped y se abrazaron, sin poder contener el llanto.
Las mamás de los tres niños y Gemma se veían y sentían la tristeza de esos pequeños niños despidiéndose.
-¡Harry, no seas marica!, deja de llorar y ayúdame a llevar los muebles, se un hombre.- El padre de Harry era un hombre muy grosero, homofóbico y agresivo, había veces en las que Anne y el se gritaban tan feo y fuerte por las noches que Harry iba al cuarto de Gemma y se metia a su cama, mientras Gemma le sobaba los rizos y le tarareaba cualquier canción que hubiese escuchado en la radio, pues no se sabia ninguna canción de cuna.
Harry se solto del abrazo de sus amigos y se despidió de ellos, mientras sus mamás los tomaban de la mano y se dirigían a sus casas, los tres con los ojos rojitos y llenos de lagrimas tras su despedida. Harry volteo hacia la acera y les grito
-¡No me olviden! ¡Prometo que volveré!- Puso sus manos en su boquita para que el sonido llegase mas lejos.
-¡No lo haremos Harry, aquí te vamos a esperar!
Esa noche Gemma y Harry durmieron en la alfombra de la habitación de ella, listos para lo que vendría a partir de el día siguiente.
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The way he kissed me that night. | Larry Stylinson
FanfictionHarry ha vuelto de Texas, ansioso por asistir a su segundo año de preparatoria y reencontrarse con sus viejos amigos, pero hay algo con lo que no contaba. Una noche, dos personas, tres o cuatro botellas de tequila, y la llegada de Louis Tomlinson a...