Nuestras manos sudaban
al tocarnos, era raro e extrañó.
Caminamos junto del otro, nuestras
manos se topaban de vez en cuando.
Nos mirábamos al sentir el rocé
de nuestras pieles.
Era nuestra primera cita ambos,
y también era la primera vez que
salíamos con otra persona.
Éramos dos adolescentes sin saber
nada del amor.
Primerizos porque no sabíamos
que iba pasar entre ambos.
Solo el roce de nuestras manos
provoca esa corriente eléctrica
en nuestro cuerpos.
Nos sonrojamos al sentir cosas
por el otro.
Una vez que nos tomamos de las manos
fue el comienzo de todos acontecimientos
del futuro de ambos.
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Pensamientos Fugaces ©
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