39. Miradas

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Sólo mirarnos era el principio
de algo que finalizar en la cama.

No importa en que lugar que estamos
porque nuestra complicidad es real.

Sin dejar de sonreír, sabíamos las
ideas que teníamos en la mente que
podíamos realizar en par de minutos.

Mi ojos, visualizan cada detalle de tu rostro
tus iris cafés claros y tus labios carmesín.

Me gustaba saber que intenciones
tenías conmigo.

Era algo que me dejaba con la intriga.

Toda una noche no paramos de vernos
sin poder dejar sonreír.

Cada salida era diferente en todos
los sentidos.

Desdé el comienzo hasta el final.

Pensamientos Fugaces ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora