12. Ansías de una poeta

36 6 0
                                    

Eramos como los personajes de nuestro
libro favorito que leímos.

Tu eras mi poetin ton tin, y yo era tu
Ansias que te sacaba de tus casillas.

Y nos conocimos solo por un mensaje que me enviaste,
y yo te respondí con un lenguaje coloquial.

Fueron tantas coincidencias que teníamos
que nos fuimos conociendo poco a poco.

Un día acordamos en vernos.

Ese día llegó, había llegado unos minutos
antes de lo acordado.

Mis manos sudaban por tanta ansías de verte,
luego de meses en que nos enviamos mensajes.

Y te veo bajar del vehículo, miraste a
todos lados buscando a alguien.

Entonces me acerqué, y te salude.
Solo me sonreíste.

Fue él momento que empezaste
a gustar en verdad.

Dando pasos a eventos futuros
desde aquel día.

Pensamientos Fugaces ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora