24. Desvestir

23 5 0
                                    


Y con unas solas palabras me desvestía
el alma, al igual que cada prenda.

Y tus caricias fueron las únicas
que no podía resistir.

Cada palabra dicha de tus labios
eran como melodía para mis oídos

Toda la noche, viendo como tus manos
tocaban cada centímetro de mi piel.

No todo era caricias o palabras.

Solo nuestras miradas eran tan tentadoras
que ninguno se resistió al otro.

Sin cohibirnos damos pasos a una noche
desenfrenada de pasión.

Y el amanecer estaba lejos en llegar.

Aquella noche que nosotros eramos únicos
en nuestro propio mundo.

Tu y yo eramos el complemento del otro.

Pensamientos Fugaces ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora