Étereo

Epilogo Itachi & Deidara

-Deberias estar en cama- regañe a Deidara al verlo sentado en el árbol de sakura de nuestro patio con nuestro hijo en brazos.

-Oh vamos Itachi, no soy tan débil...- se quejó, pero en ningún momento dejo de ver a nuestro hijo.

-Eres un consentido- le dejé hacer lo que quisiera.

Me fui a sentar a su lado. Estos meses han sido algo movidos para nosotros, así que estar de esta manera con mi pareja y mi cachorro era tranquilizante.

Poco después de que fue el baby shawer de mi hermano y que ese mismo día mi otro hermano le pidió matrimonio a su pareja... empecé a sentir celos, sabía que Dei no me pediría nada y que tampoco le faltaba, se veía feliz en la situación en la que estábamos... pero lo sentía, sabía que el también quería formalizar paro todos lo nuestro y empezar una familia.

Hasta ese punto de mi vida, nos lo merecíamos. Ya era líder de nuestra empresa, los Uchiha nos respetaban, Dei ya tenía su galería, teníamos la mansión... todo estaba preparado para hacer crecer la familia, pero... quería hacer antes algo.

Sin darle mucha informacion a Dei, nos fuimos de viaje a Italia, le dije que era por negocios, pero una semana antes estuve planificando todo, fuimos específicamente al *Lago de Como* a las orillas.

Llegamos a nuestro hotel y le pedí que se vistiera con lo mejor que tuviera... preferiblemente blanco y así lo hizo... también soltó su cabello que le hacía ver mucho más sensual a mi gusto, por mi parte me puse un traje negro con la camisa algo abierta y mi cabello recogido.

Lo llevé a cenar y por la noche lo llevé al lugar que había apartado, antes de llegar, le pedí que cerrara los ojos y de la mano lo lleve. Le pedí que esperara en ese lugar hasta que le dijera.

Corri donde estaba el hombre que nos iba a casar, en un pequeño lugar con un altar, una alfombra roja que estaba desde ese lugar hasta los pies de Deidara, pétalos blancos adornaban el suelo y la brisa lograba levantar algunos de ellos.

Por fin, cuando estuve listo le pedí que los abriera. Estaba encantado con sus expresiones, había logrado sorprenderlo y el verlo llorar de felicidad, me hizo sonreír igual.

Los violinistas empezaron a tocar la melodía de las bodas y Deidara se acercó a mi, fue de lo más especial y algo que fue solo de nosotros dos, quería que fuera diferente y que recordaremos para siempre.

Tomamos fotos y brindamos en ese lugar después de hacer oficial nuestra unión. Nos quedamos unos días más en ese lugar, donde estoy seguro nuestro hijo fue engendrado, aunque cada vez que se lo recuerdo a Deidara hago que se sonroje y provoque que quiera darme algunos golpes por mi franqueza, pero es divertido verle avergonzado.

Al regresar a Japón, dimos la noticia. Todos se sentían ofendidos por no haberles avisado, pero ninguno de los dos se arrepentía. Era algo nuestro, al igual que el día que nos unimos por la marca.

Por lo tanto, fuimos los segundos en estar casados, pero los terceros en quedar en estado. A unos días que regresamos, Naruto dio a luz, todos estábamos tan emocionados que olvidamos que la fama de todos los involucrados en la familia nos perseguía. Por lo que ese día fue un caos tan grande por todos los medios que quisieron cubrir la noticia, ni siquiera pudimos salir de la casa, tuvimos que traer a los médicos a nosotros.

Toda la familia estábamos tan estresada esperando en la planta baja, que la mayoría informaba a otros y de apoco muchos de nuestros amigos se reunieron en la casa. Pero el verdadero momento de emoción fue cuando Sasuke bajó y dijo que fueron dos niños, una noticia que solo ellos dos sabían hasta el día de hoy.

Fui el primero en ir a su lado y felicitarlo, aunque Dei también le felicito, paso de largo y fue junto a su hermano. Ese dia se hizo una gran fiesta en casa... eran los primeros bebés que llegarían a la familia y eran hijos de los consentidos  por lo que todo se hizo en grande. Claro, los festejamos no estuvieron... pero eso no nos impedía festejar por ellos.

Además, nos juntábamos para conocer a los cachorros. Ya que Dei había subido, Minato y Menma también fueron, pero el siguiente en subir fui yo, ya que Deidara insistió. Al ver a mis pequeños sobrinos era una maravilla, era tan pequeños y frágiles, pero eran muy parecidos a sus padres... y aún tengo muy presente cuando conocí a esos dos de bebes.

De nuevo tuve esa sensación de felicidad y de querer algo igual, claro... para ese entonces no sabía que Deidara estaba en estado, hasta un mes después.

Deidara hacia sus cosas normales, nunca me dio una señal de estar en estado, pero había momentos en donde tenía comportamientos raros, como usar mi ropa o comer comida que a mi me gusta y al definitivamente no.

Supongo que debí de darme cuenta, pero hasta que Deidara comenzó a tener náuseas y dormir de más por tener cansancio aunque había dormido sus horas, fue cuando la posibilidad saltó en mi. No quise quedarme con la duda y le pedí que se hiciera la prueba.

Cuando se lo dije, él parecía tampoco haberlo pensado hasta que se lo mencione y de verdad que no había visto rostro tan tierno de su parte, como el que vi ese día, Deidara añoraba eso... aunque era muy pronto para pensar si era verdad.

Compre dos pruebas de embarazo, y en cuanto se la di corrió a hacerse la prueba, no esperé mucho y salió del baño a esperar la respuesta a mi lado. Cuando ya era hora nos pusimos nerviosos, tomamos un respiro y por fin vimos. Se veían dos líneas, aunque una era más difícil de ver que la otra, no sabíamos que pensar... pero tampoco nos desilusionamos, éramos primerizos en esto.

Decidimos esperar al siguiente día y hacer la otra prueba. Dormimos como siempre, pero a la mañana siguiente no sentí su cuerpo en la cama, desperté para buscarlo y lo encontré en el baño, estaba temblando sentando en la bañera y me preocupé.

-Dei?- pregunte asustado.

-Estoy... embarazado- le tembló la voz pero el se veía demasiado feliz.

Salto a mis brazos y festejamos, no lo dudamos y fuimos ese mismos día al doctor, que nos reiteró que si... Deidara esperaba a nuestro hijo. Fueron tantas emociones mezcladas que no puede evitar llorar.

De nuevo, no quisimos decir nada a nadie, el embarazo era riesgoso hasta los tres meses y no queríamos ilusionar a nadie, pero entre nosotros era diferente, muchos nos decían que nos comportamos extraño, que yo me había vuelto territorial y que Deidara parecia tener un aire más armonioso, algunos sospecharon pero no dijimos nada.

No hasta que cumplimos cinco meses, que fue cuando el vientre de Deidara se empezó a notar y de nuevo, muchos nos reclamaron, pero era algo que queríamos disfrutar nosotros de nuevo, no es que no confiaramos en nuestros amigos o familia, pero era algo muy mío, mi pareja y mi cachorro, no quería compartirlos, y tal vez en ello si cambie... era algo más territorial.

Y por fin, hace dos semanas, Deidara dio a luz, nosotros no quisimos saber que era el bebé, hasta el día que naciera y fue un varón, cabellos negros y ojos azules.

Después de todo ello  tuve algunos percanses con la empresa que afortunadamente Sauske y Sai me ayudaron a resolver. Ellos ya tenían tiempo de experiencia con su hijos, Sasuke con sus niño de un año y Sai con su hija de siete meses, así que pudieron manejar mejor la situación.

Pero hoy ya estoy bien en todos los aspectos y justo ahora tengo a mis dos amores junto a mi... sin nada que nos pueda faltar.

-Te amo- solté de la nada, recostandome en su hombro viendo a nuestro hijo

-Y yo a ti- beso mi frente y se removió un poco.

Me levanté y el se acurrucado entre mis brazos quedando más cómodos. Si... definitivamente esto era lo que más amaba del mundo.