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"Aveces hay un cierto placer en la locura que solo el loco conoce."

_P. Neruda

-Sonido del teléfono-

_ ¿Aló? –Dije respondiendo la llamada sentado en un sillón con los pies sobre la mesa–¡Oh, eres tú! Hace meses que no llamabas para saludarme ¿Qué ocurre?

_¿Qué recoja algo? ¿Para mí? ¿Por qué? Sabes que no me gusta que... –Pausó debido al desespero de Sam queriendo colgar– Vale, entiendo. No te preocupes, voy para allá entonces.

Apenas colgó el teléfono, se dirigió al baño para arreglar su imagen ya que debido a ciertos problemas se hallaba muy descuidado.

Su cabello estaba despeinado por culpa de un par de mechones que solían enredarse cada mañana.

_¡Mierda! ¡Este cabello esta hecho un asco! –Se dijo asimismo mientras forzaba el peine.

Su rostro era como la piel de un bebé pese a los descuidos.
Tenía ojos color negro igual que su cabello ondulado. Él siempre era casi inexpresivo incluso cuando sentía dolor.

Luego de haber logrado domar su cabello, se lavó la cara y se cepillo los dientes. Después de eso; corrió apresurado hacia las escaleras; subió a su habitación y agarró la primera polera que encontró poniéndosela encima de su playera. También se puso sus pantalones y bajó lo más rápido que pudo; tomó los tennis que estaban en el sofá y una vez puestos se dirigió a la puerta, y salió.

_¿A dónde vas?–Dijo una voz detrás de él.-- ¿Puedo acompañarte?

_¡Vaya, eres tú! Rose –Respondió dando media vuelta con una sonrisa marcada en el rostro.

Siempre había sido así. Cada vez que me encontraba de buenos ánimos me seguía a donde fuera. Rose tenia una apariencia pacífica; tenía el cabello largo que recaía sobre su cuello pálido. Era de un color miel en un tono sutil.

De su cara brotaba tranquilidad y simpatía para ser alguien de un cuerpo fornido y marcado. Su presencia siempre ha sido una de las más raras e importantes ya que no se le suele ver mucho.

Según Rose, la mayoría de tiempo está en casa junto a Karl; un loco que se cree psicólogo porque no hace nada mas que recetar cosas sin sentido a sus pacientes. Sin embargo, a Rose no le molesta.

_¡Te ves diferente! ¿Sam llamó?–Dijo dirigiéndose rápidamente hacia Owen.

_¿Acaso es tan notorio? Bueno él solo dijo que me dejo algo en el Arcade; donde solíamos jugar de niños, pero también me aclaró que es muy probable que no vuelva hasta un par de años más-Su rostro se volvió inexpresivo al recordar eso.

_Sí, lo es. Todo este tiempo has estado esperándolo desde que siguió a su hermana para asistir a la preparatoria. Sinceramente no veo el problema.

_Aveces me siento como un estúpido haciendo esto. Es como si esperará algo que nunca vendrá.

_Solo olvida eso y déjalo para después–Hizo una pequeña pausa para desviar el tema.

Hace mucho frío en casa últimamente ¿No?, Tuve que ponerme todo este ropaje aunque no tenga frío.

_Es cierto, supongo.
Iré a tomar un autobús, espera aquí–Tomó la delantera hacia un paradero e hizo varias señas a un bus que venia en el sentido contrario.

_¡Sube!–Exclamó antes de perder el viaje.

El autobús ya estaba en movimiento apenas subieron. Rose cogió los primeros asientos que vió y dijo una vez sentados: "Creó que tomaré un descanso hasta que lleguemos, estoy algo cansado ¿Vale?" Yo asentí la cabeza mientras lo veía recaer de sueño.

En ese momento empezó a llovisnar, las ventanas se llenaron de pequeñas gotas de agua. Las personas subían y bajaban del bus. Pero aún no llegábamos al Arcade; me sentía neutral en todo el transcurso del viaje.

Rose seguía durmiendo, contagiándome el sueño recaí sobre la ventana mirando el avance de la lluvia. Debió haber pasado aproximadamente una hora y media para llegar a mi antigua casa, "No creí que fuera tan lejos"-Pensé.
La última vez que estuve aquí fue cuando era un crío de ocho años.

En éso sonó la alarma que avisaba a los pasajeros que ya nos encontrábamos en el paradero. Yo bajé inmediatamente y no sé en que momento Rose también lo hizo, no sentí su presencia durante todo el viaje.

_Calma, ya estamos aquí –Reposó su mano sobre mi frente, calmando mi impaciencia.

Lo único que hice fue disculparme. Mientras caminábamos rápidamente pude persibir las miradas juzgadoras de mi entorno como si mi presencia fuese extraña, mi pecho se agitó y mi mente se perturbó en tan solo un segundo.

_¡Nadie te está mirando!–Aclaró Rose, haciéndome frente– Ese sujeto te está esperando, ve y trae tu regalo.

Ya se me había adelantado al abrir la puerta. Dentro del salón había un empleado arreglando todo como para cerrar.
El encargo se hallaba sobre una mesa que estaba a mi alcance, no quería hacer contacto con la gente de ahí. Asi que tomé la caja lo más rápido que pude y me fui como un ladrón aunque no haya robado nada.

Se oían murmullos por detrás pero no me fije en eso. Solo quería ese obsequio.

_¿Por qué hiciste esa tontería?–Preguntó Rose algo molesto.

_No soporto estar aquí, quiero ir a casa. No quiero tener que recordar nada, ni socializar con alguien–Contesté agitado– Estoy bien asi.

Le hice señas al primer taxi que paso, nunca tuve tantas ganas de volver a casa como en ese instante.
El chofer me saludó y preguntó: "¿A donde te diriges tan agitado, chico?" En voz baja le dije la dirección de la calle donde vivía. Pero Rose hizo que levante la voz para que este pueda oírme.

El auto ya había arrancado cuando de repente sentí que mi celular vibró. Era un mensaje de Sam diciendo:

"¿A qué hora vienes a casa? Han pasado horas y todavía no regresan ¿Qué mierda se supone que estás haciendo? Sino regresas pronto, no pararé como la última vez."
_¡Joder!–Grité en voz alta, jalando de mi cabello.

Esto alarmó al chofer y a Rose. Pero tengo que encontrar una manera de volver a casa pronto, enloquecerá sino estoy a su lado.

Me atormentará sino estoy a su lado

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Me atormentará sino estoy a su lado...

Buscando a Sam [ACTUALIZANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora