― ¿Qué pasa con él?
―Simplemente me di cuenta que no puedo ocultar más lo que sé y lo que necesitas saber tú también. ―sonaba triste, culpable.
Mi mano ya había dejado de tocar la suya al presentir que esta conversación iba por muy mal camino.
―Tu padre...
―Mi padre está muerto. ―la corté con dureza. No quería seguir hablando de ese hombre.
―No, Isis, ¡no lo está! ―alzó su cabeza rojiza con rapidez y me enfrenté ante la verdad en sus iris. Estaba sufriendo. Más lágrimas iban dejando sus orbes color agua y terminaban cayendo de su barbilla.
―Mamá, él murió en un accidente de auto después de haber pasado el fin de semana con su otra familia.
Sep. Mi padre tenía una familia oculta y luego de haber estado con ellos murió en carretera dirigiéndose hacia acá.
―Issey, yo te mentí.
Cerré mis ojos con fuerza tratando de alejar las gotas que se formaban en mis párpados y pasé saliva intentando deshacer el nudo en mi garganta.
Esto no es posible.
Recuerdo a una niña de dos años de cabellos rubios con toques castaños y ojos ámbar agarrada de mi pequeña mano. Mamá a un lado de un ataúd llorando con un vestido negro y un velo cayéndole por la mitad de la cara. Y una Isis de cinco años sin entender nada, sintiéndose confundida porque, Allena, aún siendo tan pequeña, sentía que algo iba mal al igual que yo. Toda la gente a mi alrededor tocaba el hombro de mi madre y se acuclillaban a nuestra altura para mirarnos con compasión fingida. Decían cosas que no entendíamos y simplemente me aferré a la manito de mi hermana para sentirme segura. Mamá sollozaba todas las noches y Allena seguía siendo la única persona a mi lado.
Todo ese dolor, todo ese sufrimiento no puede ser una mentira.
―¿Qué? ―Danae lucía devastada. Se pasó la fina mano por los cabellos cobrizos antes de empezar a hablar.
―Y-yo lo siento mucho. Simplemente no podía vivir con la realidad de que... ―calló un momento y respiró con fuerza.
Mi mente era un revuelto de pensamientos y teorías. Pero actúe de una forma que ni la mujer sentada delante de mí se lo esperó.
―¡Deja de mentirme! ―me levanté tan rápido que la silla se movió hacia atrás y mamá me miró con temor―. Deja de decir mentiras. Papá murió en ese accidente y él te fue infiel... ―mis palabras fueron sonando cada vez más bajas y sólo hasta ese instante sentí mis mejillas mojadas.
―Lo siento mucho.
Ahora sus palabras no importaban, sólo quería la verdad.
― ¿Por qué? ―su rostro se mostró confundido―. ¿Por qué lo hiciste? ¿Por qué nos mentiste? ¿Por qué tuviste que armar todo un alboroto cuando la verdad podría haber sido más fácil para nosotras?
―Porque no sería más fácil para mí. ―lo dijo con sencillez, como si fuera el sentido común lo que la impulsó a hacer eso y no el egoísmo además del dolor.
Asentí con una sonrisa sin pizca de gracia, más bien cínica.
―Sabes que esto destrozará a Allena, ¿cierto? Porque de ningún modo se lo ocultaré.
Frunció sus labios y miró por la ventana, al cielo negro.
―Issey, sé que todo es muy difícil de procesar, pero...
Ahogué un grito y alcé mi mano para hacerle entender que no quería que hablara más.
―No sé cómo pudiste, aún no lo comprendo... ¿Por qué ahora? ―me miró por un momento, tal vez buscando las palabras más correctas para decírmelo―. Sólo suéltalo.
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Detrás de las Máscaras ✔︎
General FictionCuando la mansión colindante a su casa es ocupada por una numerosa familia luego de algunos años sin dueño, Isis Heid comienza a sospechar. Ellos son muy... Perfectos. Hermosos pero letales, como la más impecable mentira. Además, saben algo. Algo os...