Hoy, en mi cama desteñida
Te escribo un poema.
Porque las palabras ya no valen ahora que te has ido
Si hubiera sabido que aquella vez iba a ser la última
En esa parada de autobús
No me habría despedido como lo hice.
Te juro que cuando me subí al bus
No miré atrás porque sabía que iba a volver a cruzarme contigo.
Ahí fue cuando entendí
Que los corazones rotos también se equivocan
Aveces más que los enamorados
Y el mío estaba de ambas formas.
Tu nombre ocupa todos los folios en blanco que tengo en mi habitación
Y mi almohada ha pasado de consolarme a llorar conmigo cuando le vuelvo a contar que te echo de menos.
Es imposible conseguir no echarte de menos recordando la primera vez que nos besamos
Una
Y otra vez.
Maldita parada de autobús.
Le echo la culpa a ella
Porque no quiero echársela a mi orgullo.
Nos faltaban cosas por vivir juntos.
Ya he ido a los lugares que dijimos que íbamos a ir
Pero no ha sido contigo.
Ahora discuto con otra persona por tonterías
Y bromeo con ella como hacía contigo.
Le quiero y mucho
Pero nunca nadie me hará sentir lo que tú me hacías sentir, eso lo tengo claro.
Porque a pesar de lo que todos decían
Yo no quería separarme nunca de ti.
Y ahora que lo he hecho
Vuelvo a pensar en ti
Y en nuestras largas tardes de verano bajo el sol
Simplemente
Hablando.
O esos días que rascábamos 1 hora para vernos y se hacía eterna
Porque eso de que cuando te lo pasas bien el tiempo va más deprisa, nos lo saltábamos
Cuando estábamos juntos el puto tiempo se paralizaba
Y ni el frío ni el calor eran un problema si podía sentir tus manos rozándome la piel.
Echo de menos tu sonrisa al verme acercarme desde lejos.
Tus abrazos cálidos y tu pelo liso que se colaba por mis dedos cuando te lo acariciaba.
Echo de menos escuchar tu voz diciendo mi nombre
Y tu manera de comportarte conmigo, cariñosa y delicadamente.
Cuando, un domingo cualquiera que quedé contigo, me preguntaste qué haría si tú murieras
Y te respondí que seguramente caería en depresión
Como vacilando
Nunca imaginé que ese día iba a llegar tan pronto.
Y aunque en depresión no he caído
Sí que me hundo cada vez que te veo en mis pensamientos.
Porque siempre estarás allí
Ocupando el lugar más grande que hay en mi corazón.
Nadie enseña a olvidar a alguien por quien habrías dado la vida.
Y te juro que si pudiera haberme intercambiado por ti
Lo habría hecho.
Lo supe desde el primer abrazo que me diste.
Has sido muchas de mis primeras veces
Y también muchas de mis últimas.
Tardaste 3 segundos en entrar en mi vida
Y vas a tardar toda una vida en irte.
Y después de mi muerte
Quiero que seas la primera cara que vea al subir al cielo.
Espero que mi abuelito esté cuidando de ti.
Me alegra saber que fui alguien importante en tu vida
Si llego a saber que a tu reloj de arena le quedaba
Solo un puñadito para agotarse,
Te abría agarrado la mano más fuerte
Y te habría dicho
"Ven. Vamos a comernos el mundo."
Pero no.
Te dejé atrás
En esa parada que ahora siempre está vacía.
Cuando subí a ese autobús se bajó la mujer de negro con su guadaña
Y ni siquiera me di cuenta.
Porque
No
Miré
Atrás.
Lo fuiste todo para mi.
Y no hablo como una adolescente enamorada
Hablo
Como una persona que miraba a alguien y solo quería protegerle, como si fuera un corderito.
Tú eras mi corderito.
Y sigues vivo en mi interior.
Porque si hay algo que vence a la muerte
Es el cariño que dejas en los corazones de la gente cuando te vas.
Y el mío no te olvida.
Porque fuiste tú quien le dio el color que ahora tiene.
Te juro que voy a tener el hijo que tú y yo nunca tendremos
Y voy a hablarle de ti.
Eres lo más bonito que he visto en mi vida.
Solo tú
Y quiero aprender a sonreír cada vez que piense en ti
Porque has estado en mi vida
Y no sabes lo afortunada que soy por ello.