Besos Dulces

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"Dense besos. Pero no como siempre se los dan. Úntense algo rico en los labios y acaben con un beso apasionado."

Había puesto diferentes cosas ricas sobre la mesa, y vendado los ojos de su pareja para empezar con aquel juego que consistía en adivinar lo que el menor se pondría en sus labios. Karamatsu solo esperaba con una leve sonrisa, ansiando ya sentir la boquita del otro, comerlo a besos.

Empezó untando un poco de mermelada de fresa en sus labios, esparciendo con un movimiento todo y acercándose al mayor rápidamente, besándolo, y sobresaltandose un poco cuando el otro le mordió los morros. Eso había sido algo pronto, pero le gustaba.
Karamatsu besaba al otro con pasión, agarrándolo de la nuca para hacer más profundo el beso y apartándose después.

—Es rosa, y sabe a fresa, es mermelada? —(n/a: PERDÓN AJJSJAJS) pregunta el mayor, relamiendose los labios una vez lo dijo y sintiéndose confiado.

—Adivinaste —contesta el menor, tomando otro envase y repitiendo el proceso de embarrar el producto en su boca—. Continuemos —dice antes de unir sus labios de nuevo, y el beso es un poco más tranquilo que el anterior, disfrutando de la cercanía, humedad y calor de sus lenguas.

—Es miel de maple —de nuevo acierta el mayor.

Continúan un rato con su juego, besándose y sintiéndose más calientes cada vez, llegando a un punto en el que es demasiado para el mayor y le pide a Ichimatsu que ahora él sea quien adivine.

Ichimatsu acepta, sentándose en la silla y siendo vendado de los ojos por el mayor, esperando algo nervioso el nuevo beso del otro. Karamatsu le dijo que iría a la cocina para conseguir algo nuevo para untarse, pero el mayor una vez está ahí, baja el cierre de su pantalón, tocando un poco su miembro para ponerlo duro y se embadurna un poco de Nutella.

La cara de pervertido que llevaba en el rostro no era ni medio normal, se acercó de nuevo a dónde estaba Ichimatsu, viéndolo esperar pacientemente y tarareando un poco para sí mismo, por el aburrimiento quizás.

—Listo, traje algo más, seguro te gustará mucho —dice el mayor, acercándose y poniendo su pene a la altura de los labios del menor, moviendo su cadera para que roce con sus labios y sonrojándose mucho. Sentía tanta excitación por hacer algo tan absurdo como eso, y fue aún más su excitación cuando el menor comenzó a succionar su miembro, moviendo su cabeza a un ritmo suave.

Cómo la posición era algo incómoda, el mayor guía a Ichimatsu hasta el suelo, para dejarlo arrodillado y que continuara con su nueva labor. Éste parecía hasta contento por la nueva posición, y se concentraba en seguir mamando su pene. Por alguna razón se sentía tan bien, le excitaba mucho, incluso sentía ya algo apretado su pantalón y con su mano rozaba de vez en cuando su entrepierna.

El sabor de la crema de avellanas era exquisito, intentaba excusarse con eso para explicar su motivación en lamer y chupar con tanta euforia. El ruido de la saliva y el pene chocando contra su garganta era algo exagerado, pero a ambos les gustaba. También le encantaba cuando el otro jalaba agresivamente su cabello, o lo mantenía con su pene hasta la garganta por unos segundos en los que el menor creía ahogarse.
Era de las mejores orales que había recibido en su vida, le fascinaba.

—¿Te gusta este sabor pequeño? —pregunta el de ropas azules al otro, con los ojos cerrados y ya sintiéndose algo cerca del orgasmo. No da tiempo al otro a responder porque continúa hablando— El chocolate sabe bien con leche~ ya casi la consigues, Ichimatsu~ —algunos gemidos bastante escandaloso se le escapaban, y estaba en pleno clímax.

Todo su cuerpo se tensó, comenzó a correrse y derramar su esperma en el rostro y boca del menor, quién tenía una expresión tan sensual en ese momento, formando un cuadro que quizás su amante jamás olvidaría. Todo era tan sucio, tan íntimo.

Y fue aún más íntimo cuando el mayor quitó la venda del otro, lo vio a los ojos y ambos sabían que harían el amor por horas.

No More Routine [+18] (Cancelada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora