No More Routine [+18] (Cancelada)

Candy Perreo

"Escoge una canción súper cachonda, y cuando tu pareja llegue a casa en la noche, ¡sorpréndela con un baile sensual! Mejor que sea en fin de semana porque seguro van a acabar desvelándose."

Una tarde bastante amena, viendo películas y estando abrazados por horas. Karamatsu ya comenzaba a sentir que el ambiente era perfecto para dar un paso más allá, sonriendo cuando el menor lo miró a los ojos y le preguntó.

—¿Quieres hacer el amor?

El de piel bronceada respondió con una mirada coqueta, acariciando la mejilla de Ichimatsu y plantando un suave beso sobre su delicada piel.

—¿Qué sorpresa tienes ahora para mí? —le pregunta, sabiendo que aún quedaban varios "retos" por cumplir.

—Déjame te la muestro —se incorporó, dejando a Kara sentado en el sillón, yendo por la pequeña bocina inalámbrica para poner una canción coqueta, no era música koreana ni japonesa, parecía latina. Sintió su corazón acelerarse al recordar todas esas veces que vio esos videos musicales de chicas moviendo sus caderas al ritmo de la música, pero ese nerviosismo ni se comparaba al como Ichimatsu lo hacía sentir con esa mirada, mientras lo invitaba a levantarse y bailar con él al ritmo de la música.

Primero fue suave, solo meciéndose de lado a lado, después haciendo movimientos más frenéticos, y cuando sonó el coro de la canción empujó de nuevo al mayor al sillón, acercando su gran trasero y sacudiéndolo de lado a lado, rápidamente frente a él.

Hubo un momento en que se agacho, tocando sus pies y estirando su cuerpo, no sabía como se movía así, pero lo estaba haciendo.

Se colocó en posición de "perreo", con las manos sobre los muslos, comenzando con ese movimiento que terminó por volver roca al pene del otro chico, que parecía babear al ver aquella coreografía.

El movimiento de arriba abajo, rápido y mas rápido. Sabía que cuando alguien le bailaba estaba prohibido tocar, pero no podía resistirse mucho más.

Se terminó esa canción, e Ichimatsu le dijo que tenía una sorpresa más. Karamatsu solo gruñó un poco, intentando calmarse a sí mismo y a la piedra que tenía entre sus piernas. Se sobaba un poco de vez en cuando, pero después de un minuto el menor volvió. Sonrió al verlo con un short tan corto que podía ver la mitad de su trasero, y sin camisa. Pensó que por fin sería el momento, pero cuando se levantó para empezar a cogérselo, el otro lo volvió a empujar al sillón, poniendo otra canción.

—Aún no termino —le dice, empezando a cantar la letra de la canción, meneándose, no de forma tan intensa como antes, cosa que le quitaba un poco de emoción al mayor, pero cuando llegó el coro, se quedó aún más boquiabierto al verlo bailando y perreando en el suelo.

—No te voy a envolver, sé que lo hacemos y tú vas a volver —cantaba y el mayor aprovecho la posición que tenía el menor para recostarse encima de él, bajarle un poco esos molestos shorts y comenzar a follárselo tan fuertemente, irónicamente, al ritmo de la música.