Capítulo 8

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Capitulo O8 - El niñero


Mientras que sus manos se encargaban de brindar delicadas caricias en mi cintura y espalda, inconscientemente subí mis manos, y las coloqué detrás, de su cuello. Sin soltar el vaso, con una mano jugaba con el cabello de su nuca, el cuerpo de Justin me prensaba contra la barra, lejos de sentir dolor alguno, solo me inundaba mas éxtasis.

Ladeaba aun más su rostro, al lado contrario que yo para darle mayor profundidad al alucinante beso. Sin previo aviso su carnoso miembro (Su lengua) entró en mi cavidad, para recorrerla por completo. Nuestras anatomías se acoplaban perfectamente, parecían dos piezas de rompecabezas que encajaban exacto.

Nuestros pechos se expandían y contraían al ritmo de nuestras ahora aceleradas respiraciones, Comenzó a jugar con el borde de mi blusa sin despegarse de mis labios, pero al sentir la tibia piel de sus manos en contacto con la delicada piel de mi espalda, desperté de la hipnosis en la cual sus labios me habían hecho caer, provocándome soltar de golpe el vaso de cristal que tenía en mis manos, causando un estruendoso sonido al chocar contra el piso.

Sobresaltado Justin volteó para ver que había sido, al solo encontrarse con los cientos pedazos de cristal en el piso, volvió a girar para continuar en lo que estábamos, pero rápidamente me alejé. Me miraba extrañado como esperando respuesta por mi accionar.

— Y... yo... yo...— por más que trataba de formar una oración coherente me era imposible, así que opté por salir corriendo, bueno tal vez no corriendo, pero inmediatamente salí de la cocina.
-¡Pero que hiciste!- me reproché en mi mente cuando llegué a mi habitación.
– ¡Apenas y lo conoces y ya te besaste con él!- me lancé a la cama mientras que me regañaba mi voz interior.
— Pero es que... ¡Dios! sus labios... sus ojos...— me defendí con muy malos argumentos
- ¡Eso no basta!- me volvió a gritar.
— Hay no ya hasta me estoy volviendo loca...— susurré ya que un ahora eran demasiadas las voces que me gritaban que había hecho mal.

No podía dejar de pensar en lo sucedido, la mitad de mi se arrepentía, ya que con eso había demostrado debilidad, pero el otro cincuenta por ciento no se arrepentía en lo absoluto.

Me desperté más temprano que de costumbre, no quería toparme con Justin, así que rápido me duché y elegí esto: {http://www.polyvore.com/cgi/set?id=16184945 }, faltaba media hora para el colegio, así que llamé a Caitlin.

— Cait... en cinco minutos llego a tu casa...— le dije cuando contesto el teléfono.
— ¿Por? — me preguntó riendo sin entender.
— Tengo que contarte algo...— le dije acelerada mientras caminaba hacia mi auto, lo encendí y salí de la casa a buscar a Caitlin.

Después de otros cinco minutos Cait bajó ya lista y entro al auto.

— ¿Y ahora que pasó? — me preguntó en el camino.
— ¡Caitlin!— alargué mientras tomaba mi rostro entre mis manos con desesperación.
—_______ (tu apodo)... me estas asustando...— rió — ¿Qué hiciste? — Respiré profundo
— Yo... yo...— tartamudeé — Justin y yo nos besamos...— le dije mientras trataba de abrir el casillero,.
— ¡¿Qué?! — gritó entre sorprendida y emocionada.
— Cait...— alargué.
— ¡Te lo dije! ¡Ya sabía que tu y el terminarían en algo! — me dijo feliz.
— ¡No Catlin! ¡No estamos en 'algo'! — le contesté.
— ¿Cómo? ¿Entonces qué pasó? — me preguntó sin entender.
— El me besó y yo por una estúpida razón ¡lo seguí! La 'cosa' iba a mas y me di cuenta de lo que estaba haciendo y ¡hui de ahí!.
— Sabes que te quiero mucho ______ (tu apodo)... pero eres una ¡tonta! — me dijo alterada.
— Pero...
— ¡Pero nada! — me interrumpió.
— Mira júrame que no sientes nada por él...— me dijo mientras ponía frente a mí su dedo meñique.
— Cait...
— Júralo... y no te molesto mas...— me volvió a interrumpir.
— Está bien... no puedo jurarlo... puede que sienta algo de atracción por él...— me rendí.
— ¡¿Y entonces por qué hiciste eso?! — me volvió a preguntar desesperada — No te digo que avanzaran 'demasiado' pero creo que dejarlo ahí solo no fue lo mejor que debiste haber hecho.
— ¡Lo sé!...— le di la razón, ya que después de todo. La tenia — Pero es que apenas lo conozco
—_______ (tu nombre)... no te estás casando con el...— me dijo segura — Lo tienes todo el día en tu casa... por qué no simplemente ¡tratas de conocerlo y lo dejas conocerte!.

Era completamente cierto, la única razón por la que Justin y yo nos llevábamos de esa manera era porque yo no le permitía si quiera entablar una conversación conmigo. Tal vez no estaría tan mal bajar un poco la guardia.

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Justin Bieber y Tu - El niñeroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora