Capítulo 45

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Capitulo 45– El Niñero.

Me desperté ante el sonido de mi despertador, esta vez no eran las caricias de Justin las que me despertaban. -¡Basta!- mi voz interna me reclamó. Yo sola me lastimaba recordándolo a cada momento.

Entré al baño y dejé correr el agua para que su temperatura se estabilizara, mientras eso sucedía me dirige al closet, tomé lo primero que vi. No tenía ánimos de ponerme a buscar algún conjunto. Dejé mi ropa sobre la cama y regresé a la regadera.

Si por mi fuera, me hubiera quedado por horas en la ducha, pero mi vida no había terminado solo porque Justin ya no esta en ella.

Terminé de vestirme y tomé mi bolsa, aun no muy segura, salí de mi habitación.

¡Ya me voy! — avisé desde la puerta.

Salí de la casa y subí a mi auto, aun no había pensado en que diría, ya seguramente Cait me preguntará sobre lo sucedido ayer, Pero no podía contarle la verdad ya que si no le decía a Chris ella misma iría a buscar a Justin para aniquilarlo.

— Justin Drew Bieber te mereces que le cuente a Chris — hablaba conmigo misma — Pero no puedo hacerlo — suspiré profundamente.

Llegué al colegio, afortunadamente era algo tarde, por lo que todos estaban en los salones, así no me encontraría con Chris, y en el salón seria mas fácil evitar las preguntas de Caitlin.

Entré al edificio, los pasillos estaban vacíos. Así que sin dificultad alguna llegué a mi casillero, saqué mis libros para las siguientes clases y cerré este de un fuerte golpe, caminaba hacia el salón cuando mi celular comenzó a vibrar. Lo saqué de mi bolsa y miré la pantalla. Era un mensaje de... Justin. Sin siquiera abrirlo lo eliminé, no quería entrar llorando al salón.

Di dos golpes sobre la puerta del aula y entré, todas las miradas se dirigían hacia mi.

— Smith... llega tarde — me recordó el profesor.

— Lo siento — dije mientras caminaba hacia mi lugar, tratando de ignorar la extrañada mirada de Caitlin....

Saqué rápidamente un par de bolígrafos, el cuaderno de la materia y comencé a escribir todo lo que estaba en el pizarrón. De pronto una pequeña bolita de papel golpeó mi mejilla derecha, volteé y Caitlin me dijo 'Léela' marcando los labios y sin sonido para que no nos descubrieran.

Tomé el pequeño papel y leí: '¿Que te sucede?' reí nerviosamente y volteé a verla nuevamente y me miraba con detenimiento. Me conocía tan bien.

Respondí el papel: '¿Que me sucede de que?' aproveché que el profesor volteaba hacia el pizarrón para seguir escribiendo y lancé el papel hacia el asiento de Caitlin.

Me regreso el papel: 'Sabes que no me puedes engañar... algo te sucede' bien a ella no podía mentirle sobre nada, sabia muy bien cuando algo me sucedía, si estaba triste, feliz, enojada. Le hice una seña indicándole que me esperara, asintió con la cabeza y cada una siguió escribiendo en su cuaderno.

-¡Estúpido timbre!- pensé molesta no podía retrasarlo mas tenia que hablar con Cait. Tomé mis libros, salí del salón y rápidamente Caitlin me alcanzó.

— Habla ya...— me dijo mirándome fijamente para asegurarse de que no le mintiera.

— Ayer llegaron mis padres — le conté sonriente.

— ¿En serio? — preguntó sonriendo igual.

— Sip — le contesté.

— Pero no... a ti algo te pasa y no es eso — me dijo levantando una de sus cejas.

— Si, solo es eso — insistí — Mis padres llegaron y Justin... y Justin se fue — después de todo no estaba mintiendo.

¿Y les dirás sobre ustedes? — me preguntó mientras entrabamos al siguiente salón.

— N... no — me senté en mi lugar.

— ¿Porque no? — me preguntó.

— No lo se... creo que será mejor que lo mantengamos en secreto por un tiempo — dije no muy segura.

— ¿Entonces por que tu cara de depresión? — rió.

— Solo estoy algo triste porque se fue, pero es todo — le tendría que decir la verdad pero no hasta que me encargara de Chris.

Las clases pasaron rápido, al igual que en el receso, platicábamos de cosas sin mucha importancia, y según lo que me contó Cait, Chris estaría en entrenamiento hasta pasando la salida, por una semana ya que se acercaban los torneos.

Salimos y Cait se tuvo que ir, su madre había pasado por ella. Yo tenía que ir a la biblioteca por unos libros para unos resúmenes que tenia que elaborar.

Me dirigía al estacionamiento, traía mi bolsa, los 3 libros sumamente pesados y una botella de agua que recién había comprado en una de las maquinas distribuidas por el campus.

— Carga otra cosa mas y apuesto a que te desarmas — volteé y de pronto tenia a Chris a un lado.

— En vez de burlarte, deberías de ayudarme — le dije riendo por su tonto comentario.

— Dame — me dijo tomando los libros.

— ¿Y Cait? ¿Ya se fue? — me preguntó.

— Si, su mamá vino por ella — le dije abriendo la botella de agua para poder beber de esta.

— mm...— dijo asintiendo con la cabeza — ¿Y como te fue ayer?.

— ¿Ayer? — lo miré extrañada.

— Si... Cait me dijo que cumplías dos meses con el idiota.

— Si — le dije sin muchos ánimos.

— ¿Hey que pasa?.

— ¿Q... Que pasa de que? — rápido cambié mi triste rostro por una sonrisa — ¡Ayer volvieron mis padres! — agregué aceleradamente, intentando cambiar el tema.

— ¿Enserio? — sonrió — Pasaré a saludarlos... cuando no este entrenando — ambos reímos —Entonces quiere decir que Justin se fue de tu casa ¿No? — porque tenia que preguntarme por el, nunca lo hacia y cuando no quería hablar sobre el, aparecía en la conversación.

— Así es — afirmé — ¿Y por que no estas entrenando ahora? — pregunté nuevamente cambiando rotundamente el tema, rogando por dentro que no se diera cuenta.

— A ver...— dejó los libros sobre mi auto — Nunca paras de hablar sobre el idiota ese, lo ofendo y no lo defiendes, te pregunto algo y cambias el tema ¿Que te sucede? — se dio cuenta.

— N...no me sucede nada, solo se que no te gusta que hable de el así que no lo hago — mentí, normalmente me divertía hacerlo enojar, caminé y me senté en el cofre del auto.

— Por favor _______(tu apodo) — dijo irónicamente.

— ¡En serio! — le dije.

— ¿Es el idiota no? — me miraba fijamente.

— ¡Chris! — alargué —  ¡No solo porque estoy seria quiere decir que me hizo algo! — trataba de contenerme y no romper en llanto.

— Te conozco y lo sabes — se sentó a mi lado, ambas miradas se dirigían hacia el piso — Tu tienes toda mi confianza, y siento que tu no confías en mi ni un poquito — volteó a verme, sus palabras me pusieron peor. No podía estar más sensible, así que las lágrimas no tardaron en hacer su aparición.

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Justin Bieber y Tu - El niñeroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora