«Miranda y la Estrella más Brillante»

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Autora: Sendy Esmeralda Hernández García

Había una vez, una niña llamada Miranda, quien vivía con sú padre llamado José, ellos vivían juntos y solos, eran muy felices, jugaban y reían siempre. Lo que Miranda no sabía, es que a su padre José, le quedaba poco  tiempo de vida, y José lo sabía. José hacía todo para que Miranda se sintiera feliz, para que no le faltara nada, aprovechaba al máximo el tiempo que le quedaba, la llevó a todos los lugares que a Miranda le gustaban, la vida de Miranda era muy feliz, sin saber la tragedia que le esperaba.

El tiempo pasaba, y José pensaba en cómo decirle esto a su hija sin que se sintiera mal, planeaba cosas, pero no estaba seguro de que fueran a funcionar o no. Al final, se le ocurrió una idea, no le gustaba mentirle a su hija, pero esta vez sería por su bien. Tuvo que decirle que iba a estar saliendo, y que no podría llevarla, así que se quedaría con un familiar suyo.

Llegó el tiempo, y realizó todo su plan al pie de la letra, Miranda dijo: "Está bien papá, no te preocupes". Ya faltaba poco para la tragedia, así que le dijo que arreglara su ropa para irse, Miranda respondió: "¡Sí, claro!". Al terminar de alistar todo, se fueron, cuando llegaron a casa del familiar, José le dijo a Miranda: "Hija... sé que será difícil no estar juntos, pero te prometo que te visitaré. Si acaso no puedo, y te sientes sola, sal por la noche y busca la estrella más brillante, esa, seré yo, cuidando de ti". Miranda lo abrazó fuerte y le dijo: "Te quiero mucho papá".

Terminaron de despedirse, y José se fue de vuelta a su casa, pensando en sí lo que hizo había sido buena idea, y pensando en cuanta falta le haría él a su hija. Después de un rato, anocheció, era hora de dormir, y José quiso ir a darle las buenas noches a Miranda, y despedirse de ella, porque era desconocido para él, en cuanto tiempo sucedería la tragedia, así que decidió ir todas las noches. José hizo esto consecutivamente, se despedía de su hija cada vez que anocheciera, y así fue, hasta que llegó el día. Le avisaron a los familiares de José, ya había fallecido, así que fueron realizando los preparativos del velorio.

Ahí fue cuando le dijeron a Miranda la terrible noticia, ella comenzó a llorar sin parar. Pasó el tiempo, y llegó la hora del velorio. Miranda ya no estaba llorando, pero al ver a su padre en aquella caja, le ganó la tristeza, y demostró su afecto por medio del llanto de nuevo, no como antes, pero sí con él mismo sentimiento.

Al terminar el velorio, Miranda salió a buscar la estrella más brillante al anochecer, como su padre le había dicho cuando se sintiera sola y triste, así que Miranda la encontró, y dijo: "¡Papá, regresa, quiero verte! Aunque sea sólo un minuto, aunque sea sólo un segundo, pero quiero verte, no sabes cuánto te extraño, y cuanto me haces falta...". Miranda cerró  los ojos unos segundos después de eso, para luego escuchar una voz familiar que decía: "No te dejes caer, no quiero que te desmorones por mi partida, recuerda que siempre te estaré cuidando, estés donde estés". El rostro del padre sé empezó a desvanecer, y Miranda comenzó a llorar, pero esta vez eran lágrimas de felicidad, pues había logrado ver a su padre, una vez más. Ahora Miranda salía todas las noches, a buscar la estrella con mayor brillo, teniendo la esperanza de poder volver a ver a su padre, y aunque después de eso, no lo logró ver de nuevo, estaba feliz, pues su padre decía, que la protegería y cuidaría siempre, esté donde esté.

—FIN—

[ESPECIAL] Compendio de Obras Literarias 2019Where stories live. Discover now