"THE HEAVENS' TEARS"

22.El arte de mentir

Jimin- 5 años

-Mamá... ¿Papá vendrá hoy? Me prometió que volvería antes de mi cumpleaños-decía un poco decepcionado y su madre solo se atinó a mirarle con desprecio.

Sus padres apenas pasaban tiempo con él prácticamente ignoraban su existencia, esto no había sido así desde un principio, cuando nació sus padres lo amaron mucho, padres ejemplares, pero todo empezó a cambiar cuando Jimin aprendió a hablar, a decir lo que sus pequeños ojos veían y temían , cuando los vecinos empezaron a llamar loco a su pequeño hijo, a pesar de ser un niño, entendía que sus padres no lo querían con él, pero aun no asimilaba el porqué. Siempre que jugaba con sus amigos veía como sus padres siempre iban felices por ellos y los llenaban de mimos, ojos llenos de brillos mientras los tomaban en brazos, mientras a él sólo lo recogían indicándole que se mantuviera callado durante el camino a casa, ni siquiera preguntaban sobre cómo había sido su día, o porque tenía su rodilla raspada. Nada.

Las noches eran las más pesadas y horribles, la mayoría de las noches gritaba entre las almohadas, no podía hacerlo de otra forma o sus padres vendrían a quitarle la pequeña fuente de luz que le había regalado su abuela, porque sus padres no entendía lo que le pasaba, le decían mentiroso, que esas cosas no existían, aunque el pequeño llorara de una forma desgarradora sus padres jamás giraron la perilla de su habitación, es más, la mantenían con llave para que el pequeño Jimin no escapara de la suya y entrará a la de ellos buscando consuelo ante las cosas aterradoras.

Su llanto nunca era consolado, hasta que la peor noche de todas llegó, fue cuando unos espíritus entraron, Jimin trataba de ignorarlos bajo sus sábanas como había aprendido, pero el miedo estaba en el aire, el fantasma canalizada todo ese miedo dándole la energía para hacer cosas, Jimin cerraba sus ojos con más fuerzas cuan el ser empezaba a susurrar cosas inentendibles y las sábanas fueron retiradas de forma brusca, el pequeño de cinco años corrió hacia la puerta con llave tratando de salir, gritaba con todo lo que sus pequeños pulmones podían, nadie venía y esa gran sombra empezaba a reír, lloraba y golpeaba la puerta con todo lo que podía tratando de escapar, los vecinos empezaban a alarmarse incluso llamando a la policía que tardó en llegar debido a la zona en que vivían.

Las puertas de la casa fueron tiradas, los padres de Jimin no estaban al final de todo, uno de los policías estaba muy alarmado, porque era la casa de su hermano, el padre de Jimin. Pidió que se quedarán en la planta baja por si ocurría algo, fue fácil saber la habitación a la que tenía que ir, ya había visitado a su hermano antes, pero cuando logró entrar a la habitación del pequeño Jimin luego de tirar la puerta; lo que vio fue algo muy fuerte, un pequeño niño en una esquina en estado de shock viendo hacia la ventana, trató de encender la luz pero se dio cuenta que no había foco alguno, así que tuvo que utilizar su linterna. Cuando iluminó a su pequeño sobrino no pudo aguantar las lágrimas, el rostro de ese pequeño niño tenía rastros de sangre y lágrimas, tenía rasguños por todo su cuerpo, se agacho tratando de llevarlo en brazos, pero esto sacó del shock al pequeño quien empezó a gritar fuera de si nuevamente, y se alejaba más encerrándose en la esquina.

-Jimin... Soy yo... Soy tu tío Park... - el chico aun lloraba- ¿recuerdas? Te regale un pequeño carrito de policía hace unos días, Jimin yo soy policía, pero dijiste que querías ser bombero, aunque te dije mil y una razones de porqué ser policía era mejor-trato de reír de manera suave e hizo que el pequeño reaccionará dejando de llorar, se inclinó más a él iluminando su mano- ves, soy yo, estoy aquí, te llevare a un lugar seguro. Jimin al reconocer a aquella persona no hizo más que lanzar a abrazarla de formas desesperada, a pesar de que las heridas le quemaban, pero era el tío Lee, el tío que si le daba abrazos y le decía que era un buen niño. Él tío que le brindan la calidez que necesitaba en ese momento.

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–Si piensas en que te dejaré llevarte a Jimin estás loco, pasaron tres malditos días y ni siquiera te acercaste ni llamaste–Decía el tío de Jimin enojado.

–Es mi hijo, puedo hacer lo que quiera con él –respondía de forma altanera aquella mujer que decía ser la madre de Jimin. –solo fueron tres días, Jimin sabe cuidarse solo, tenía suficiente comida para cuando regresará.

–Vienes tan tranquila, no sabes que tuve que hacer para que no les levantarán cargos por abandono y llevarán a Jimin a otro lugar, tiene solo cinco años, aún es un bebe, necesitaba a su madre y a su padre– La voz de aquel hombre trataba de no quebrarse, la imagen de su sobrino en aquel estado solo le daban ganas de llorar– No lo entiendo, es un niño muy dulce y hermoso en todos los sentidos, si fuera el padre estaría muy orgulloso de él.

–No dirías lo mismo si lo conocieras realmente, es una vergüenza, un mentiroso, no es lindo que la maestra te llame cada hora porque está llorando y asustando a sus compañeros de que ve estúpidos fantasmas, me he tenido que disculpar cientos de veces por ese niño que ni siquiera sabemos si es nuestro, míralo, su horrible cabello no se dé donde lo saco, nadie de la familia tiene esos genes, incluso puede que estemos criando a él hijo de algún bastardo y en el hospital nos dieron a ese estúpido niño. –señaló el padre al pequeño quien estaba escondido escuchando todo. –Vámonos hijo, esta persona no puede retenerte.

Jimin no quería ir con su padre ni su madre y aun así lo llevaron a rastras a pesar de que su tío les rogó que lo dejarán. Entró a el auto, su madre estaba callada, su padre igual, no hablaban, siempre lo hacían, aunque el fuera completamente olvidado.

Semanas después ocurrió el accidente donde los padres de Jimin fallecieron. La custodia quedo con sus abuelos quienes trataban a Jimin como un hijo más. Pero Jimin vivía con el miedo que lo dejaran como sus padres. No quería darles problemas.

–Esta todo bien... - era la gran mentira que empezó a decir desde ese día.

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:c pobre Jimin no se merecía nada de eso