Colores.🌈 Sai, Kiba x OC.🌈 [ACROMÁTICO] SEGUNDA TEMPORADA.

「Reencuentros」

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◝ं⇴En Konohagakure todo parecía ser normal. Días pacíficos y normales con niños jugando o entrenando, chuunins, genins y jonins en sus respectivas misiones. Verdaderamente eran días en los cuales las personas podían respirar y vivir con suma tranquilidad gracias a los actos del pasado.

Fuera de la aldea se encontraba una muchacha la cual caminaba tranquilamente, acercándose cada vez más a Konoha, dando vistazos a su alrededor, tarareando una suave canción y manteniendo su mente en blanco, sin tener nada que pensar. Llevaba una pequeña caja sobre sus brazos, su pelo corto y violeta danzaba junto al viento mientras la naturaleza acompañaba su melodía. Entró a aquella aldea, encontrándose con un grupo de muchachos que pronto se voltearon a verla.

Buenas tardes, ¿viene con alguna orden especial?.- preguntó amablemente uno de los chuunins que cuidaba las puertas a la recién llegada.

— Vengo a entregarle un paquete al hokage, aquí esta por si quieren revisarlo.- anunció ella, mostrando la pequeña caja. Los chuunin procedieron a revisar su contenido por precaución.
Un ninja que había estado allí, hablando con los guardias de la puerta, se había quedado mirando a la muchacha con cierta curiosidad. Aquel rostro le parecía muy familiar, demasiado.
Obviamente la chica se dio cuenta de ello y también lo miró, esbozando una repentina sonrisa, lo cual hizo que el de coleta corriera la mirada rápidamente. Eso le había parecido extraño.

— ¿Shikamaru-kun?.— la chica se le había acercado un poco y llamado por su nombre, obteniendo toda su atención. Obviamente aquello le sorprendió pues, le parecía extremadamente conocida y ella sabía su nombre.. No era una casualidad.

— ¿Nos conocemos?.— preguntó Shinamaru, frunciendo levemente su ceño. Ella rió y asintió.

— Tal vez debería decirle.. ¿Nara-san?.— dijo. La cara del Nara mostraba confusión absoluta pero luego de unos segundos parecía haberse dado cuenta.

— Espera... ¿Eres...?.— balbuceo completamente asombrado, la chica volvió a reír.

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Ino y Sai se encontraban juntos en la puerta de la casa de la rubia. Los dos habían estado paseando y viviendo tiempo de calidad como pareja hasta que llego la hora de hacer deberes.

— Sai.— Ino paró su paso y lo miró.— Te veo luego, al terminar de ayudar a mi madre, ¿está bien?.— él sonrió y asintió. Su sonrisa lo había contagiado.

— Bien, vendré luego.— anunció tranquilamente.— Mientras tanto estaré ayudando en la torre del hokage.— la rubia asintió y con algo de vergüenza se acercó para darle un beso en la mejilla. Cuando estaban por separarse, detrás suyo vieron a una pelirosa corriendo con mucha velocidad al lado contrario al que ellos se habían dirigido.