16 Junio 2019 - Kirishima Zen

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— No hagas esa cara, solo me dan ganas de besarte

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— No hagas esa cara, solo me dan ganas de besarte...

Oh si, sentia el odio y el coraje correr dentro de él, y es que muchas veces odiaba cada una de las estupidas palabras que Kirishima soltaba, según esto con la idea de "halagarlo" aunque solo terminaba avergonzado...y es que ¿Cómo podia decir cosas así cuando esta por empezar la junta con los directivos?

Habia demasiada gente a su alrededor como para decir tales estupideces. ¿Seria demasiada gente como para darle un bien centrado golpe en la cara? varias veces habia aguantado las ganas de dejar bien clara una marca sobre esa estupida sonrisa que soltaba al ver que lo habia logrado hacer enojar, y es que nadie como él para presionar cada uno de los botones de acciones que le molestaban a Yokozawa.

Pero al mismo tiempo ya no podia imaginar la vida lejos de él, simplemente era como perder el camino de su vida y la sensacion de estar solo de nuevo le molestaba demasiado.

Se ayudaban mutuamente al momento del trabajo y le habia dado muchas veces grandes ideas, sin olvidar de que varias veces habia visto todas las cualidades al hablar de Kirishima y momentos asi le hacian admirarlo. Muchas veces había sido una ayuda tan enorme que casi se le avienta para abrazarlo... Casi.

— Vamos Ta-ka-fu-mi ¿no piensas entrar a la junta hoy? ~

Pero algunas otras veces, como ahora, solo le daban ganas de poner sus manos alrededor de su cuello y matarlo y es que era un idiota de primera, pero también era verdad que lo amaba, aunque no lo dijera en todo momento.

Muchas veces se preguntaba ¿Qué haría sin él? ¿A donde iría sin él en su vida? Pues aunque le costara aceptarlo, Kirishima había tenido razón, y este era su primer amor, lo había hecho sentir tantas nuevas experiencias... aunque por supuesto eso no limitaba sus ganas de matarlo.

Ya había hablado con Kirishima una infinidad de veces pidiéndole que tuviera conciencia de donde estaban, que conectara su cerebro por un día a su cabeza y no fuese tan irreverente e infantil en la oficina. Aunque por supuesto, lo tomo a broma limitándose a responderle:

— Es una muestra de amor osito.

— ¡Pues que no sea demostrativo entonces! —lo que más irritaba a Yokozawa era esa sonrisa socorrona que tenía de suficiencia con sus comentarios.

— Veo que eres horrible en esto del romance...

— ¡¿Qué demonios, Quién dijo que era romántico esto?!

— Repite conmigo R-o-m-a-n...

— ¡Ya callate! Eres imposible.

— Aún así me amas ~

Y es que Yokozawa sabía que tenia razón... Lo amaba hasta el final, nadie había estrujado así su corazón.

— Puede que tengas razón - y lo dejó ahí parado a media sala de juntas, completamente sorprendido y sonriendo aún más...

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