18 de Junio 2020

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Parado en el altar, en medio de un bello jardín decorado con flores y lazos, el sol brillando en lo alto haciendo el día agradable rodeado de sus invitados sentados en las sillas. Por fin se volvería a casar. Y el hecho de que fuera la segunda vez que estaba ahí, no quitaba los nervios. Esta vez estaba esperando a alguien totalmente diferente que le había mostrado otro lado de su vida, Yokozawa Takafumi. Tras años de su relación y con la aprobación y bendición de sus padres y más aún la de Hiyori, finalmente se atrevió a pedirle matrimonio.

Y ahora lo veía estar junto a él en una agradable boda al aire libre que fue planeada por su ya no tan pequeña hija Hiyori, su madre y su ahora suegra. Una ceremonia sencilla en medio de la primavera, rodeados de esos pétalos de cerezo en el aire.

Discretamente volteo al público detrás de ellos, había amigos y compañeros de la empresa entre ellos sabía que estaba Takano... No, en realidad no estaba en ninguna parte, había un asiento vacío en la primera fila.

— Así pues hermanos —el oficiador de la boda se dirigió a todos, las palabras de siempre, los votos, anillos y finalmente estaría unido a Yokozawa por todas las de la ley — les exhorto a que si alguien sabe algún motivo por el que no se puedan casar estas dos personas, hable ahora o callé para siempre.

El juez estaba acostumbrado a dejar al menos un minuto de silencio para permitir que se expresará alguien en contra, pero esta vez no fue necesario, de inmediato entró alguien, azotando la puerta hizo voltear a todos por el estruendo.

— ¡Me opongo! —Takano entro con paso firme hasta el altar, tomando la mano derecha de Yokozawa

— ¡¿Qué estupidez estas diciendo?! — Yokozawa le grito a su mejor amigo de la universidad aguantando las ganas de golpearlo.

— ¡No te cases! Por favor sé que he sido la peor persona para estar contigo y cuando te tuve a mi lado no supe valorarte pero no te cases.

— ¡No es justo! —de la primera fila una nueva persona se levantó — Yokozawa-san yo he callado mis sentimientos por usted hace mucho tiempo.

— ¿Onodera? —todos vieron con asombro como el joven editor se levantó de su lugar y se acercó al oso de ventas suplicando por atención como un gato.

— ¡Yo lo conocí antes que tú!

— ¿Yukina? —preguntó Yokozawa con asombro viendo al joven salir de su propio asiento hasta acercarse.

Kirishima sentía que no debió invitar a ninguno de esos idiotas a la boda, sólo estaba atrasando la ceremonia con sus ridículas confesiones y sentía que la paciencia se le acababa.

— ¡En ese caso también me opongo!

— ¿Hatori? — preguntó Yokozawa incrédulo ¡Solo habían compartido recetas! No había una buena razón para que el editor se sintiera así o al menos eso creía Kirishima

— ¡No se debería casar! — desde la entrada llegó otro idiota a ojos de Kirishima, este era el peor ¡Había una razón por la que no había sido invitado!

— Iokawa-san ya hablamos de esto — incomodo Yokozawa busco con la mirada a Zen en busca de un poco de apoyo para acabar con esta situación tan incómoda.

— ¿Alguien más que desee declararse? — gruñó Kirishima molesto — ¡Siéntate Yasuda! — lo señaló con furia, era su padrino y amigo... sabía bien sus intenciones con el encargado de ventas.

— Puede que si...

— ¿Es en serio Kyo? —Zen miro a su amigo levantarse arreglando su saco — ¡Ni siquiera lo conoces bien!

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