Por ti

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 Xiaojun y Renjun se quedaron a dormir en su habitación ese día, junto a él. Renjun era tan pequeño y demandante que mandó a dormir a Kun a la habitación de invitados. Por lo menos Yangyang logró tener un momento a solas con Kun cuando lo escoltó a la habitación, llevando consigo sábanas limpias para cambiar y ropa cómoda para que el chico pudiera dormir.

Ahí quedaron en salir el próximo día libre que tuvieran, lo que era en dos días tras hablar por mensajes, estando cada uno en una habitación diferente de la misma casa. Odiaba un poquito a sus amigos, pero tenía que contarles todo lo que había pasado antes de que ellos llegaran.

Ahora tendría que aguantar dos días para tener su esperada cita oficial ya que habían llegado al acuerdo de que el autocine no contaba como cita. Sus amigos, aunque no pudieron ocultar la felicidad de que por fin algo le saliera bien a Yangyang, no dudaron en recordarle el "plan de superación", pero ¿Cómo le podía importar ahora ese estúpido plan? Su plan se podía ir directo Berlín y por la sombrita.

Cuando el día esperado llegó, repasó en su mente como se iba a comportar para no quedar en vergüenza frente al chico, la noche anterior lo había pensado mucho, empezando desde el saludo: no le daría un beso porque se vería apresurado pero tampoco lo saludaría como si fueran dos amigos nada más, porque eran más y serían aún más en cualquier momento. Así que lo abrazaría. Fácil.

Pero bueno, Kun lo recogió, yendo hasta su puerta con un paquete de dulces; huevos kínder. Eso fue suficiente para que se perdiera a sí mismo, y no pudo tuvo el tiempo de pensar en cómo responder, cuando el mayor se inclinó a besarle la mejilla, así sin más, sin aviso, dejándolo estático, sonrojado y a punto de caer porque sus piernas parecían de gelatina.

¡Maldito Kun!

Luego lo tomó de la mano, le abrió la puerta del auto y esperó a que entrara para ir al otro lado y subir él.

—Entonces, ¿qué tal todo?—dijo Yangyang, notablemente nervioso. Su voz temblaba, ¡Nunca antes le había pasado! Ni siquiera dos días antes, carajo.

—Bien, estoy emocionado. ¿qué tal tú? —contestó con calma, para empezar a conducir a quién sabe dónde.

—Tengo nervios.

—No te pongas nervioso, no muerdo. —aseguró, con una sonrisa— a no ser que quieras que te muerda, en ese caso sí muerdo.

—¿Te gusta morder? — excelente pregunta, Liu.

—Me gustaría morderte.—Yangyang, quien tenía su vita fija en la carretera lo miró— una vez leí un artículo que hablaba de morder a las personas queridas.

—¿Existen esa clase de artículos? —el menor no pudo ocultar su curiosidad, eso hizo sonreír aún más a Kun

—Te sorprendería ver la cantidad de cosas que encuentras en internet.—el chico relamió su labio inferior y se aclaró la garganta para continuar:—Según un estudio de una universidad que no recuerdo el nombre, ayuda a regular las emociones. En este caso sería un impulso por el exceso de ternura y amor que me provocas, algo como una "agresión tierna", ¿crees que tiene sentido o suena como algo loco?

—Suena como algo loco.—afirmó

—Lo supuse.—asintió el chico—pero piensa en esto, si lo comparamos con las ocasiones en que quieres abrazar a cierta persona sin razón aparente, es para regular esa cantidad de amor que sientes por ella, y así lo demuestras. Quizás no tenga mucho sentido, pero si lo piensas bien, siempre hacemos cosas para calmar nuestras emoción y regular nuestros sentimientos. Algunos golpean, otros besa, otros abrazan y yo te mordería.

Yangyang sonrió enternecido, si lo decía así, hasta él quería morderlo. Observó a Kun con un una sonrisa boba, ganándose una rápida mirada del contrario.

—¿no prefieres besarme? —preguntó el menor

—Muy común.

—¡Hey! ¡Pero yo también quiero besitos!—respondió con un mohín. —me gustarían más que mordidas... ¿qué dices? ¡besitos con mordidas!

Aquí iba de nuevo: Vergüenza, ¿quién te conoce?

—Exceso de ternura,—comentó Kun, pendiente del volante— estoy seguro que en este instante estás haciendo un puchero y te aseguro que te vez adorable.

El menor blanqueó los ojos.—No me veo adorable, pero como sea, señor "exceso de ternura". ¿A dónde vamos?

—En internet encontré una ¿carrera de autos? ¿Automovilismo? decía algo como "Karting"—se quedó pensativo, esperando no equivocarse, ya que no tenía mucha idea de qué era pero sabía la afición de Yangyang y le había pedido ayuda a SiCheng—sé que desde pequeño te gusta y pensé ¿por qué no?

—¿en serio?

Kun asintió—las pistas quedan saliendo de la ciudad, el recorrido es algo largo pero estoy seguro de que lo vas a disfrutar.

Yangyang pensó en decirle que hasta la cosa más simple, estando junto a él, la disfrutaría al máximo. Pero prefirió cambiar de tema. En lo que faltó del camino, Kun le cantaba o le comentaba de pensamientos random, él hacía lo mismo y... ¿Acaso se podía ser más perfecto? Le encantaba, quería atesorar ese día para siempre.

Cuando llegaron, el mayor le comentó que la competencia empezaba en casi dos horas, pero que tendría un picnic en uno de los prados cercanos al lugar, tenía todo fríamente calculado y Yangyang solo podía asentir y seguir al chico feliz.

Para empezar, el lugar era hermoso. Se podía sentir la tranquilidad, la paz... Aun estando tan cerca de un circuito de carreras -según le había explicado Kun-, no se oía ruido alguno que pudiera irrumpir con la calma. Se respiraba tan fresco, tan natural. Dios, ¿era un sueño? Había ocasiones en que sus sueños se sentían tan reales que los hacía pasar por realidad. Pero en ese momento, las cosas no se sentían reales. Era como un cuento de hadas y estaba en un paraíso.

Esperaba no despertar y ver que todo lo soñó. Así que se cacheteó con toda la fuerza posible y sin disimular, soltando un grito por el dolor ocasionado. Kun lo miró con preocupación.

—¿Qué fue eso, Yangyang?—preguntó Kun mirándolo con preocupación mientras acunaba su cara entre sus manos y lo miraba a los ojos.

—Quería confirmarlo.—contestó, como si fuera algo obvio.

—¿Confirmar qué?

—Que esto es real... que estás aquí, conmigo. Que esto no es un invento de mi cabeza, que lo que sucede es parte de la realidad y no de una fantasía.

Ahí estaba nuevamente la mirada. ¿Cómo no lo había notado antes? Que Kun lo miraba como si fuera lo más preciado del mundo. —Es muy real.—entonces lo abrazó, besando sus cabellos.—muy real.

¿Cómo describir lo perfecto que fue?
Kun preparó unos bocadillos deliciosos, así que hablaron, comieron y luego se acostaron para mirar las nubes, encontrando diferentes formas. Yangyang se dejó abrazar por el chico, por mucho tiempo, deseando que fuera para siempre. Todo hasta Kun le avisó que la carrera iniciaría pronto que siguieron con su plan.

Así fue, en lo que restó del día que Yangyang se dijo así mismo lo perfecto que era estar junto a Kun. Tal y como lo espero, Kun era sinónimo de felicidad.

Y quería que días como esos se repitieran por siempre.

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El próximo capítulo es el último jiji.

Espero les guste, perdón si hay errores o incoherencias y STAN WAYV.

Pasos para superar a un Kun, por Liu Yangyang. [KunYang]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora