Pasos para superar a un Kun, por Liu Yangyang. [KunYang]

8. Dejar de escribirle.

Las cosas desde ese día no habían cambiado para Yangyang, lo más nuevo en su vida era que ahora hablaban un poco más con Kun, pero no era algo digno para resaltar porque el mayor seguía siendo el mismo chico de buen humor, excepto cuando lo veía con Zeren en la universidad, en esos momentos en que Yangyang y el otro podrían estar abrazados o a punto de besarse, siempre llegaría a ellos casualmente, enojado (según Zeren), prácticamente asesinando al muchacho con su mirada y terminaría por sentarse junto a ellos, ya fuera en la cafetería o cuando iban a esperar para entrar a clases.

Kun decía que era para protegerlo de las malas intenciones del muchacho, usando de excusa su "sexto sentido" donde podía percibir las cosas maliciosas de las personas, pero ni su hermano era así y había aceptado a Zeren cuando este se quedó en su casa, en lo mínimo que SiCheng le pedía era saber si la persona con la que salía lo trataba bien.

No le desagradaba del todo que Kun pasara tiempo con ellos y se ofreciera a llevarlo a su casa, lo que parecía una batalla entre ambos muchachos y al final Yangyang prefería irse solo la mitad del tiempo o turnarse entre ambos, su casi novio y Kun. Sin duda, a Zeren no le simpatizaba mucho aquello; no le parecía correcto que Kun siempre se metiera entre ellos, ni que él hablara tanto con el mayor después de enterarse de su amor no correspondido por más de dos años. Yangyang le aclaraba que era porque para Kun, él era un "hermano menor" pero a Zeren seguía sin agradarle.

Básicamente, esas eran las principales peleas de pareja (aunque no eran pareja aún).

Pidió ayuda a sus amigos, quería que las cosas con Zeren funcionaran y que la amistad con Kun, la cual era ahora más fuerte, se mantuviera, aunque no lo conseguía, porque no podía elegir a Zeren por encima de Kun, estaba seguro que sus sentimientos aún no se esfumaban.

Xiaojun en este caso fue directo: alejarse de Kun. Renjun estuvo de acuerdo en ello... Pero no podía, era muy de repente. Así que empezó por algo más simple: dejar de escribirle.

Su costumbre era desearle los buenos días y las buenas noches, iniciar la conversación.
Entonces, no lo hizo. La primera mañana no se metió a sus mensajes y cuando lo hizo, archivó la conversación con Kun para no tentarse. El mayor no mandaba nada, así que hasta ese momento era fácil. Pero luego todo se complicó, cuando Kun fue a buscarlo a la salida de sus clases, esperando por él en la salida de su salón. No se había dado cuenta de la presencia del mayor por andar concentrado en su celular, hasta que Xiaojun le avisó y no supo que hacer en ese momento, así que con falsa tranquilidad caminó hacia él. Lo estaba esperando.

—¿Qué haces acá? —Yangyang estaba demasiado curioso, la repentina cercanía que había adoptado Kun con él no era normal, nunca antes en sus años conociéndolo este lo había buscado, llevado a casa, invitado a salir o tocado.

—¿podemos ir a comer algo? —Contestó—tengo clase en la tarde y necesito almorzar... Yo invito.

Xiaojun se dio cuenta que no estaba siendo invitado, así que le avisó a los chicos que tenía que irse. Por lo tanto, Yangyang aceptó la invitación de su mayor y enviándole un mensaje a Zeren le pidió que no lo esperara, ya que le había salido otro compromiso.

Acompañó a Kun a uno de los restaurantes de la zona. El lugar estaba lleno de estudiantes, como era normal en el horario, y encontrar una mesa libre fue casi un milagro. Yangyang miró la carta sin mucha emoción, tampoco llevaba mucho dinero consigo pero Kun le indicó que podía pedir lo que quisiera, así que busco lo menos costoso en el menú.

—¿Pasó algo? —preguntó Yangyang después de que les tomaron el pedido. Era una pregunta que estaba rondando en su mente desde las últimas semanas y esperaba que Kun entendiera la magnitud de lo que trataba.

—¿Por qué lo preguntas?

—No es normal que vayas a buscarme. —Contestó, mordiendo su labio inferior con nerviosismo.

—¿Acaso ya no puedo salir con mi buen amigo? —repuso Kun, llevándose la mano al pecho con indignación. Al menos sí aceptaba que eran amigos.

—Nunca antes lo habías hecho... ¿Qué ocultas, Qian? —el menor entrecerró los ojos, inspeccionándolo.

—Nada, solo creí que estabas molesto y vengo a preguntar, ¿por qué? —Confesó cabizbajo—además, no me gusta almorzar solo.

—No estoy enojado, ¿por qué lo crees?

Kun se encogió de hombros, esperando que la mesera dejara sobre la mesa sus bebidas. Tomando una de estas para dar un largo trago y contestar.

—Diariamente hablábamos, pero tú ya no me escribes. —conque era eso.

—Tú no me escribes. —lo atacó

—Porque no acostumbro a usar el celular —repuso.

—No estoy enojado. —Repitió—simplemente... No sé cómo decirlo.

—¿Qué?

—Zeren es un poco celoso... —dijo, Kun elevó sus cejas, abriendo aún más sus ojitos y formando una "o" con su boca—y no le gusta mucho que hable contigo... Prefiere que no lo haga, ya sabes, por todo.

El chico asintió lentamente.

—¿Ya son pareja? —preguntó, su voz tembló un poco, así que tomó otro poco de su bebida cuando sintió seca la garganta.

—No, aún no... Pero pronto.

—Entiendo.

—Ajá. —el ambiente se puso tenso y ninguno de los dos hablaba, Kun empezó a revolver su bebida con el pitillo y Yangyang imitó la acción, tomando también un poco de la suya.

—¿Te gusta? —Kun rompió el silencio en un susurro, sin mirarlo.

Y hasta ese momento, era la pregunta más difícil que le habían hecho... Zeren era increíble, pero no lograba sentir algo más que una buena amistad. Se estaba convenciendo de gustar de él, pero tenía a Kun tan metido en su corazón tanto que veía imposible aquello.

—Sí. —Mintió—eso creo.

Dejaron ese tema ahí, y el resto del almuerzo fue incomodo, tanto que fue un alivio cuando Kun se levantó a pagar y cada uno se fue por su propio camino.

Al parecer, los ocho pasos que llevaba eran en vano, seguía enamorado de Kun. Yangyang no se sentía bien con eso, Kun tampoco se veía bien, pero el mayor era un gran enigma el cual ya no se esforzaría por descifrar... Ahora faltaba un paso, aquel al que no quería llegar. 

***
vean que odio las clases virtuales, jaja.

Esa foto la dejé acá hace un año, así que acá se quedará. NOs leemos pronto uwuw.