𝗙𝗿𝗶𝗲𝗻𝗱𝘀 → 𝐾𝑜𝑜𝑘𝑉

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Los días que pasaron tras la discusión que tuvieron Jungkook y Taehyung en mitad del salón fueron, sin duda, los más difíciles.

Quisieron intentarlo. Quisieron volver a lo que eran antes, a esos dos amigos que disfrutaban de la compañía del otro, fuese cual fuese la situación. Pero está claro que, después de todo lo que se dijeron el uno al otro, nada iba a quedar igual.

A veces se sentían incómodos estando juntos, más aún siendo uno de ellos consciente de sus sentimientos. A veces no sabían de qué hablar, o cómo comportarse. Les había costado horrores volverse a ver a los ojos sin apartar la mirada a los dos segundos, y cuando lo consiguieron por primera vez en días, un escalofrío les recorrió el cuerpo, inundándolos en una sensación extraña que nunca antes habían experimentado.

La primera vez que se abrazaron -después de todo lo ocurrido-, fue tres semanas más tarde, durante sus vacaciones a Saipan, y ni siquiera fue por voluntad propia. Su relación, desde la discusión hasta aquel viaje, había mejorado escasamente. Ya no se sentían tan cohibidos al lado del otro y podían mantener una conversación sin que los nervios carcomieran sus estómagos, pero había algo que, como era de esperar, estuvieron evitando desde su "reconciliación"

El contacto físico.

Si apenas podían mirarse a los ojos sin que sus corazones latieran descontrolados, aprisionados en sus cavidades, ¿Cómo podrían tocarse?

Aunque eventualmente, sucedió. Y sucedió con aquel abrazo obligado durante su viaje a Saipan. Aquel fue el abrazo más extraño que alguna vez compartieron, pero para suerte de ambos, eso les ayudó a romper la última pared que los separaba. El contacto físico que ambos habían estado necesitando, -uno siendo consciente mientras el otro simplemente lo evadía- terminó por entrelazar sus corazones en aquel abrazo, del cual se separaron con sonrisas tímidas en sus rostros, y una sensación extraña en el pecho.

Y esa noche, bajo las sábanas de la cama que compartieron, se abrazaron hasta la saciedad, hasta que sus brazos se cansaron de estar en la misma posición y sus corazones latieron fuera de control. Esa noche los envolvió en algo de lo que no podrían salir. Y quizá habían sido los abrazos, o las caricias que Jungkook depositaba en el rostro ajeno, o las piernas de Taehyung enrollándose en las contrarias, pero algo...

Se sentía diferente.

Y bien. Se sentía malditamente bien.

Así que agradecieron a Saipan, y a la intimidad que aquella habitación en una enorme casa les brindó, porque después de semanas enteras conviviendo de la peor manera posible, por fin podían sentirse en paz.

Y mejor que nunca.

Y esa sensación continuó por los siguientes meses.

Con el tiempo, la vuelta a la rutina se volvió inevitable. Comeback, presentaciones, entrevistas, y por supuesto, conciertos.
Conciertos que ambos chicos aprovecharon para mostrar al mundo que volvían a ser tan unidos como siempre, y que nada, y al mismo tiempo todo, había cambiado entre ellos.

Los ensayos diarios comenzaron, ya que debían conseguir una presentación impecable, practicaban día tras día, preparándose de forma física también para todo el esfuerzo que tendrían que hacer durante el tour, porque tener dos o tres conciertos por semana, más los ensayos y las entrevistas, era agotador.

Para su suerte, ya siendo veteranos en el mundo del kpop y en cómo funcionaba todo, tenían las coreografías de las canciones más que aprendidas, y solo necesitaban pulir los últimos detalles, por lo que se podían permitir relajarse, tomarse un descanso de vez en cuando y también divertirse un poco mientras ensayaban.

Uno de los días previos al inicio del tour, estaban repasando Anpanman por tercera vez en el día. Conocían más que bien los pasos de la coreografía, así que se permitieron hacer un poco el idiota. Y ya que estaban felices porque pronto podrían subirse a un escenario de nuevo, la emoción y la felicidad podía casi palparse en el aire.

En el cuarto ensayo de la misma canción, justamente al inicio, durante la parte que cantaba Taehyung, Jungkook tuvo una idea. Una idea que había brillado en su mente a raíz de la felicidad que sentía ese día, y por lo tanto, una idea que no era...buena. En absoluto.

Mientras veía por el rabillo del ojo como Taehyung cantaba su parte, decidió acercarse. Salió de su posición para ir hacia el -en aquel entonces- rubio chico, que lo miraba algo desconcertado, pero con una sonrisa en el rostro. Sin decir nada, terminó de acercarse y se situó tras él, sin dudar ni un segundo al momento de abrazarlo, descansando su cabeza sobre el hombro del mayor, quién tuvo que hacer un esfuerzo sobrehumano para no sonrojarse, o apartarlo de un golpe. Taehyung estaba acostumbrado a ser mimado por Jungkook, pero únicamente cuando estaban solos. Ellos nunca, o casi nunca, se mostraban afectuosos delante de los demás miembros, o delante de las cámaras. Como ocurría al principio, su relación era mejor en secreto.

Por mucho que fuese solamente una amistad.

Por eso, cuando Taehyung sintió la respiración del azabache en su cuello y sus manos entrelazadas alrededor de su torso, se sintió morir. Morir de ternura, de vergüenza, y de pánico. Y morir realmente, también.

Porque su corazón latía demasiado rápido, y solo esperaba que Jungkook, debido a la cercanía, no lo notara.

Aunque lo peor no fue eso, cabe decir. Lo peor fue cuando los chicos, antes sumidos -unos más que otros- en la coreografía, se voltearon a mirarlos, con grandes sonrisas en el rostro de algunos y ceños fruncidos en otros. Pero eso no fue todo, porque aunque Taehyung intentara mantener la calma, y aunque Jungkook se arrepintiera de haber hecho aquello, porque ahora su corazón estaba saltándose latidos, todavía algo peor podía ocurrir. Algo que, si bien al principio les resultó la idea más loca del mundo, porque ellos no estaban acostumbrados a mostrar como eran con el otro frente al mundo, finalmente...tampoco fue tan mala idea.

"Ellos podrían hacer algo así en los conciertos, durante esta canción." Sugirió Hoseok, "A los fans les encantará."

No era tan mala idea, ¿no?

O al menos no lo fue hasta que eso ocurrió.

Y es por esa razón, que ahora cierto chico de pelo azul, ajeno a la realidad, estaba encerrado en aquella sala del backstage, completamente solo, sus lágrimas siendo sus únicas compañeras, y preguntándose en qué momento...

Tuvo que enamorarse de Jeon Jungkook.