𝗙𝗿𝗶𝗲𝗻𝗱𝘀 → 𝐾𝑜𝑜𝑘𝑉

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Los ojitos del peliazul miraron sorprendidos a Jungkook, quien se había quedado estático al ver el deprimente estado en el cual se hallaba su hyung. Taehyung no esperaba encontrárselo así, de golpe y a escasos centímetros de él, y su primer impulso fue salir corriendo, -pues lo que menos necesitaba en ese instante era ver a la persona que había provocado su llanto anteriormente-, pero la mano de su mejor amigo lo detuvo en cuanto intentó huir, sujetándolo fuertemente para que no escapara. Jimin sabía qué tan dolido estaba Taehyung por lo ocurrido, pero también era consciente de que él debía hablar con Jungkook, contarle sobre sus emociones y explicarle cómo se sentía. Y ese, aunque pareciera el peor momento de todos, llamaba a gritos por una conversación en la que ambos pudieran expresar por fin cómo se sentían respecto al otro, y con un motivo de más, después de lo ocurrido aquella noche. Porque hasta Jimin, al otro lado del escenario y viendo todo a través de las pantallas, se percató de algo cuando sus dos amigos conectaron en el escenario. Y es que, tal y como la forma en la que se miraban dictaba; no había manera en que aquellos dos no estuvieran enamorados.

Así que, como todo buen mejor amigo, Jimin tuvo que hacer presencia en ese momento y asegurarse de que ambos chicos terminaran conversando y aclarando todo lo que en sus cabezas era más que un enredo de pensamientos negativos a punto de colapsar. Él ya había hablado con Taehyung anteriormente, y el peliazul le había explicado, después de mucho insistir, que llevaba años enamorado de Jungkook, que ya no podía apenas controlarlo, y que esa había sido la principal razón de su llanto aquella noche. A Jimin le dolió el corazón cuando escuchó a su mejor amigo decirle que, en varias ocasiones, quiso abandonar todo con tal de poder deshacerse del amargo sentimiento que provocaba Jungkook en él. Porque para Taehyung no había existido el amor de color rosa, sino el que es oscuro, tétrico y letal, ya que las circunstancias en las que se había hallado, lo habían llevado a convivir con un amor unilateral que debió esconder hasta de sí mismo durante mucho tiempo. Y eso, llevándolo guardado en exceso, terminaba por ser terriblemente doloroso.

Y es por esa razón, porque sus corazones se cohibían en su cavidad con miedo a ser expuestos, que Jimin tuvo que intervenir cuando ambos chicos se quedaron mirando al otro en aquel encuentro, tan aterrados por la expansión de sus propios sentimientos en ese instante, que no fueron capaces de reaccionar. Jimin suspiró, dándole un apretón a la mano de su mejor amigo antes de dejarla ir. "Los dejaré solos...Creo que tienen mucho de lo que hablar" Dijo, mirando al azabache frente a él.
Taehyung pareció pedirle ayuda con sus ojitos, que ahora no dejaban de mirarle rogando que se quedara con él un poco más, gritándole con la mirada que aún no estaba preparado ni física ni mentalmente para enfrentarse a la realidad, a Jungkook, y a su tonto enamoramiento.

Aún no, Jimin.

Aún no puedo.

Pero él, con una sonrisa tranquilizadora, le hizo saber a Taehyung que su corazón estaría a salvo en sus manos si es que éste terminaba roto por el azabache. Y aquello hizo suspirar, ahora algo más calmado, al peliazul, quien se sintió vacío cuando la mano de Jimin soltó la suya, y se sintió al borde del precipicio cuando los orbes oscuros de Jungkook chocaron con los suyos y su mejor amigo no estuvo ahí para detenerle de la caída. Porque aquellos ojos cafés, oscuros como la noche pero brillantes como las estrellas, habían sido la perdición para Taehyung...desde el primer maldito día.
Y cuando tiempo atrás los había apreciado, ahora no era capaz de enfrentarlos. Se sentía vulnerable, con sus sentimientos a flor de piel y lo jodidamente enamorado que estaba escrito en la frente. Y no fue hasta que sintió un murmullo acariciar sus oídos, que despertó del trance en el que los ojos contrarios lo habían envuelto.

"Hyung"

Aquel sobrenombre. Aquel 'hyung' que tantas veces había salido de sus labios, melodiosamente, sonando casi como una canción.