Amores de ciudad

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Tome su mano y corrimos por la iluminada noche, el sonreía y yo tambien, quería creer que esto era real que era verdadero, un amor de esos que duran para siempre pero nada dura para siempre.

Las luces de la ciudad iluminaban nuestros rostros mientras la gente nos veía nos tenían envidia o nos creían locos uno de dos.
Lo miraba y quería que fuera mio para siempre pero no lo era ni lo sería, pero era mío por ese momento y eso bastaba no pedía nada más si era un sueño y mañana ya no me reconocía no importaba porque en ese justo momento corria sonriente de mi mano y eso me bastaba.

Relatos para el amor, las estrellas y la muerte Donde viven las historias. Descúbrelo ahora