Capítulo 9

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Jueves por la mañana me levanto con tan pocos ánimos que se me hes evidente un kilómetro a la redonda.  

–Santo cielo Katy ¿estás bien? –pregunta mi papá poniendo cara de horror. 

–¿Ya es hallowwen? –bromea James al verme.

–Estoy bien, papa –me detengo un momento. –Lo que pasa es que me quede dormida hasta tarde leyendo, no noté en lo absoluto que ya era tarde.

–Que no vuelva a ocurrir eso de nuevo –dice mi mamá mientras me entrega el desayuno. –No quieres cargar esas horribles ojeras durante más tiempo –tiene razón. El viernes tenemos la fiesta ¡La fiesta!

–Oigan...–sonrío de una manera muy evidente de que estoy a punto de pedir algo.

–¿Ahora qué? –pregunta papá poniendo los ojos en blanco.

–¿Puedo ir a una fiesta con los chicos? –sigo sin dejar de sonreír. –¡Por favor! –ahora recurro a los pucheros para intentar convencer de una manera muy tonta a mis padres.

–¿Donde será? –pregunta mi madre.

–En casa de Carol –digo desviando la mirada.

–¿Qué acaso no es una de esas "brujas"? –pregunta mi madre muy alterada.

–Lo es, pero... Todos irán y casi nunca salgo a fiestas –es verdad, puedo llegar a ser muy anticuada.

–Está bien, puedes ir –mi madre suelta un suspiro muy largo. Pero en verdad no puedo ocultar mi emoción, creo que hasta me devolvió un poco de color al rostro.

Al terminar mi desayuno, hago mi rutina de todos los días, sin embargo, hoy decido maquillarme un poco. En verdad, mi cara parecía salida de una escena de terror.

–Diablos Katy ¿qué te ha ocurrido? –dice Milly en cuanto llego a la escuela.

–Me dormí muy tarde leyendo, se me fue el tiempo volando –miento un poco.

–Mi loca de los libros, ¿nunca te cansas? –pregunta ella poniendo una cara de horror.

–Me gusta escapar de vez en cuando de la realidad en la que vivo –digo haciendo una mueca.

–Pues si tanto te desagrada tu realidad, cámbiala –Milly pone las manos en alto, como si hubiese dicho algo malo.

–Tal vez lo haga –le sonrió y ella hace lo mismo.

Al entrar al salón de clases ahí está. Mi señor complicado. Está distraído viendo hacía la ventana, pero luce tan bien como siempre. Al voltear en mi dirección puedo ver cómo cambia la expresión risueña que tenía a una de desagrado y preocupación. Se levanta de su asiento y camina rápidamente hacía mi.

–¿Katy? ¿Qué pasó? ¿Te encuentras bien? –pregunta acelerado mientras me toma de los hombros.

–Estoy bien, Tristán –respondo mientras me libero de la cárcel que ha formado con sus manos. Aunque su tacto es cálido y cómodo no puedo doblegarme a él tan fácilmente.  

–Te decía Milly, ¿podrías prestarme tus tacones negros para el viernes? –intento levantar la voz para que Tristán se entere de que puedo divertirme con o sin él.

–Claro, pero recuerda llevar unos balerines por si llegas a cansarte, no estás acostumbrada a esos –responde.

–"Si tanto te desagrada tu realidad, cámbiala" ¿no? –repito sus mismas palabras mientras le sonrío y guiño el ojo.

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