Un hogar.

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Querido James:

No sé la razón, pero siempre me preocupo por ti.

Pero prefiero morir antes de decirte: "Estoy preocupada por ti, siempre estás tan solo".

Por eso a veces miro hacia a ti para ver cómo te encuentras.

Así que eso es lo que pasó, por esa razón te observo.

¿Ahora qué se supone que deba hacer?

Si te sientes sola y necesitas hablar con alguien, puedes conmigo...

La situación fue un poco torpe, y me dió bastante gracia, pero lo dijiste.

Ése día solo fuimos nosotros dos, nadie más. No había orgullo, ni nadie que interceda.

Y se sentía bien.

Se sentía correcto.

Sentía como si al fin estuviera haciendo las cosas que debí realizar hace tiempo.

Sentía como si hubiera recuperado el tiempo perdido.

Mi hogar no se siente como propio. De todos modos nadie me espera, no hay nadie que me necesite.

Eso susurré mientras terminaba con un suspiro.

Solíamos vivir en un departamento alejado del trabajo de mi padre, antes de mudarnos a esta casa. En otras palabras, a menudo no llegaba a casa.

Y mientras yo pensaba en eso, tú respondiste:

Nosotros somos una familia, ¿eso no hace que tengamos un hogar a donde ir?

Estaba feliz, de verdad. Creo que yo también me sentía muy sola, y saber que tenía algún lugar a donde ir...un hogar que si bien no era uno en el estricto sentido de la palabra no me hacia sentir como una chica sin techo. Una vagabunda de la vida.

La verdad, me alegra mucho ser capaz de preocuparme por alguien. Puede que no sea la mejor forma de decirlo, pero...aún así me sigue alegrando. Eso significa que alguien me importa, y ése alguien tiene nombre, y está aquí. Y lo mejor de todo es que yo también significo algo para ese alguien.

Él me hizo saber que tengo un sitio a donde volver, que en el fondo él me estará esperando. Así es como debería ser una familia, pero como nunca fue así la mía...pues encontré otro sitio a donde ir.

Y ahora, estoy en casa.

Palabras mudas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora