Carla me sonríe cómo si supiera algo que no sé. Ella lo ha estado haciendo todo el día cuando piensa que no estoy mirando. También ha estado cantando "Take a Chance on Me" por ABBA, su banda favorito absolutamente de todos los tiempos.
Está impresionantemente fuera de tono. Tendré que preguntarle a Hobi la probabilidad de que ella pudiera perderse cada nota. ¿No debería golpear una por casualidad?
Son las 12:30 p.m. Y tengo media hora para el almuerzo antes de que mi tutor de historia se ponga en línea. No tengo hambre. No estaré básicamente nunca más con hambre. Al parecer, mi cuerpo sólo puede existir en mensajes.
Carla no está mirando, así que veo a mi Gmail. Trece mensajes de Hobi desde anoche. Están todos enviados alrededor de 3 a.m. Y, naturalmente, no escribe un tema. Me río un poco y sacudo la cabeza.
Quiero leerlos, me muero por leerlos, pero tengo que tener cuidado con Carla en la habitación. Levanto la mirada y la encuentro mirándome con las cejas levantadas.
¿Sabe algo?
—¿Qué tiene de interesante esa computadora?— Pregunta.
Dios. Ella definitivamente lo sabe.
Llevo mi silla más cerca del escritorio y pongo mi sándwich en la computadora portátil.
—Nada. —Tomo un bocado del sándwich. Es marte de mentiras —No es nada.
—Algo te está haciendo reír allí. —Ella se acerca, sonriéndome. Sus ojos marrones arrugados en las esquinas y su sonrisa alcanza el borde de su cara.
—Video de gato —le digo a través de un bocado de pavo. Uf, cosa equivocada que decir. Carla vive para los vídeos de gato. Ella piensa que son lo único bueno del Internet.
Ella viene, se coloca detrás de mí, y alcanza para la computadora portátil.
Dejo caer mi sándwich y abrazo la computadora portátil cerca de mi pecho. No soy un buen mentiroso, y digo lo primero que pasa por mi cabeza.
—No quieres ver esta, Carla. Es malo. El gato muere.
Nos miramos uno al otro en una especie de choque en choque durante unos segundos. Estoy sorprendido porque soy un idiota y no puedo creer que dije eso.
Carla está sorprendida porque soy un idiota y ella no puede creer que yo dijo eso. Su boca se abre cómicamente, cómo una caricatura, y sus grandes ojos redondos se agrandan. Se agacha en la cintura, golpea su rodilla y se ríe cómo si no la hubiera oído reír nunca. ¿Quién en realidad se golpea la rodilla mientras se ríe?
—¿Quieres decir que lo único que puedes decir es que se trataba de un gato muerto? De nuevo.
—Entonces tú sabes.
—Bueno, si no lo sabía antes seguramente lo sabría ahora. —Se ríe un poco más, golpea su rodilla de nuevo. —Oh, deberías haber visto tu cara.
—No es tan gracioso. —Me quejo, molesta que me descubrió.
—Olvidas que tengo uno de ustedes en casa? Siempre sé cuándo Rosa no está bien. Además, usted, señor, no eres bueno para esconder cosas. Te veo revisando tu E-mail y buscando la ventana.
Volví a colocar el portátil en el escritorio.
—Entonces, ¿no estás enfadada conmigo? —Pregunto, aliviado.
Ella me entrega mi sándwich.
—Depende. ¿Por qué me lo ocultaste?
—No quería que te preocuparas por que me volviera triste.
Ella me mira durante un largo segundo.
—¿Tengo que preocuparme?
—No.
—Entonces no estoy preocupada. —Me saca un mechón de pelo de mi frente. —Come —, dice ella.
•••
QUINCE MINUTOS DESPUÉS
—¿Podría venir a visitarme?
Me he sorprendido preguntando, pero Carla no está sorprendida en absoluto. Ni siquiera hace una pausa para borrar lejos el polvo inexistente de mi estantería.
—Los adolescentes son lo mismos todos. Dales un centímetro y te llevarán una milla.
—¿Es eso un no?— Le pregunto.
Ella se ríe de mí.
•••
DOS HORAS DESPUÉS
Lo intento de nuevo.
—Sólo sería durante media hora. Podría ser descontaminado cómo el señor Choi y luego...
—¿Estás loco?
•••
DIEZ MINUTOS DESPUÉS DE ESO
—¿QUINCE MINUTOS?
—No.
•••
AUN MÁS TARDE
—POR FAVOR, CARLA...
Ella me corta.
—Y aquí pensé que te estaba haciendo bien.
—Y lo estas. Estoy bien. Sólo quiero conocerlo...
—No siempre podemos obtener lo que queremos —, dice. Sólo por la tonalidad de su tono, sé que es una frase que utiliza para Rosa todo el tiempo. Puedo decir que ella se arrepiente de decirme esto, pero todavía no dice nada más.
Ella se va por el día, está a medio camino de la puerta de mi dormitorio cuando ella se detiene.
—Sabes que no me gusta decir que no para ti. Eres un buen chico.
Me precipito a través de la abertura.
—Se vería descontaminado y se sentaría al otro lado de la habitación, lejos, lejos de mí. Y sólo por quince minutos. Treinta minutos cómo máximo.
Ella sacude la cabeza, pero no es una sacudida firme.
—Es demasiado arriesgado. Y tu madre nunca lo permitiría.
—No le diremos —, le digo al instante.
Ella me da una mirada aguda y decepcionada.
—¿Realmente les resulta tan fácil mentir a sus mamás?
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TodoTodo || HopeV
FanfictionKim TaeHyung es alérgico al mundo exterior. Tan alérgico, de hecho, que no ha salido de su casa en 18 años. Aún así, su vida transcurre feliz y tranquila, hasta que el chico de ojos avellanas se muda a la casa de al lado. El flechazo surge por mensa...