Antes de que Karla llegue en la mañana siguiente, paso exactamente trece minutos en la cama convencido de que me estoy enfermando. Tarda exactamente seis minutos en no convencerme. Ella toma mis tarifas de temperatura, presión sanguínea, corazón y pulso antes de diagnosticar que estoy simplemente enamorado.
—Síntomas clásicos —dice.
—Yo no estoy enamorado. No puedo estar enamorado.
—¿Y por qué no?
—¿Cuál sería el punto?— Digo, levantando las manos. —Yo enamorado sería como ser un crítico de alimentos sin papilas gustativas. Sería como ser un pintor ciego de color. Sería como...
—Como si estuvieras flácido por ti mismo.
Tengo que reírme de eso.
—Exactamente —digo de acuerdo. —Inútil.
—No es inútil— dice, y me mira seriamente. —Sólo porque no puedes experimentar todo no significa que no debes experimentar nada. Además, el amor condenado es parte de la vida.
—No estoy enamorado —repito de nuevo, cruzando mis brazos sobre mi pecho y haciendo un pequeño bulto con mis labios.
—Y tampoco estás enfermo —replica —, así que no hay nada de qué preocuparse.
Por el resto de la mañana estoy demasiado distraído para leer o hacer la tarea. A pesar de las afirmaciones de Carla de que no estoy enfermo, me encuentro prestando demasiado atención a mi cuerpo y cómo se siente. ¿Mis dedos tintinean? ¿Usualmente hacen eso? ¿Por qué no puedo recuperar el aliento? ¿Cuántos saltos puede mi estómago hacer antes de convertirse irremediablemente en un nudo? Le pido a Carla que haga un chequeo extra de mis signos vitales, y los resultados son normales.
Por la tarde reconozco en mi cabeza que Carla podría estar en algo. Puede que no esté enamorado, pero estoy en algo. Estoy en serio en algo. Camino por la casa sin rumbo, viendo a Hobi por todas partes. Lo veo en mi cocina haciendo pilas de pan tostado para la cena. Lo veo en mi sala de estar sufriendo con Orgullo y Prejuicio conmigo. Lo veo en mi dormitorio, con su cuerpo vestido de negro dormido en mi sofá blanco.
Y no sólo veo a Hobi. Sigo imaginándome flotando sobre la tierra. Desde el borde del espacio puedo ver el mundo entero a la vez. Mis ojos no tienen que parar en una pared o en una puerta. Puedo ver el principio y el fin de los tiempos. Puedo ver el infinito desde allí.
Por primera vez en mucho tiempo, quiero más de lo que tengo.
ESTÁS LEYENDO
TodoTodo || HopeV
FanfictionKim TaeHyung es alérgico al mundo exterior. Tan alérgico, de hecho, que no ha salido de su casa en 18 años. Aún así, su vida transcurre feliz y tranquila, hasta que el chico de ojos avellanas se muda a la casa de al lado. El flechazo surge por mensa...