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Dieciocho horas


El clima de la tarde estaba gloriosamente agradable, si bien había algo de brisa, estaba lo suficientemente tibio para que Jimin no temiera por su salud una vez más.

La pareja iba de la mano, compartiendo anécdotas y sonrisas a medida que su paseo se prolongaba por las calles de Seúl, el barrio en el que vivía Jeon estaba en el limbo de lo tranquilo y lo bullicioso, por lo que su conversación no se vio interrumpida más veces de las necesarias. Realmente no importaba que fuese algo muy profundo o una conversación banal, sólo bastaba con que el rubio abriese la boca para tener la completa atención del menor. ¿Y Park? Bueno él estaba encantado de poder hablar tan abiertamente con su nuevo novio, disfrutando de su compañía sin mayores preocupaciones.

Les quedaban pocas horas y ambos lo sabían, es por ello que disfrutarían de su cita al máximo. Sentados en una fría banca en le entrada de un parque no muy lejano al lugar de trabajo de ambos, sonrieron al compartir un apretado abrazo. Esperarían a ver la puesta de sol y en decisión unánime luego irían a comprar brochetas de cordero como cena de despedida.

–No quiero que se oculte el sol, Kookie. – Pronunció con desánimo el mayor.

–Yo tampoco. – Le siguió el pelirrojo para besar la coronilla de su pareja. – Los días deberían tener cuarenta horas. –

–¡Oh, no, eso sería horrible! – El rubio frunció el ceño, juntando sus labios en un adorable puchero. – Eso significaría que el jefe Min me haría trabajar como un esclavo, treinta de esas cuarenta horas. – Una exhalación profunda acompañó su lamento.

Y entonces Jeongguk asintió de mala gana.

–Bueno, entonces no. – Se rindió el menor. – Aunque hubiese sido genial que el tiempo se hubiese detenido hoy, sólo para alargar nuestra cita. – Comentó en un coqueto al subir y bajar sus cejas.

Las regordetas mejillas de Jimin se pintaron de rosa y sus comisuras se alzaron con apeno antes de que asintiera un par de veces, no lo iba a negar, le fascinaba poder estar junto a Kook. Ambos se encontraban en una burbuja romántica, ignorando por completo el cantar de las aves, los gritos de los adolescentes, incluso las bocinas de los automóviles, al mirarse a los ojos era casi como si sólo ellos existieran en el planeta.

El mayor sentía como su corazón parecía querer salir de su pecho, viendo como el rostro del pelirrojo acortaba la distancia lentamente, compartiendo su respiración se dejó llevar cerrando los ojos a la espera de un dulce beso.

Un dulce beso que fue interrumpido por la falsa tos de alguien frente a ellos. ¿Por qué alguien tenía que ir a molestarlos? Jeon frunció el ceño apartándose, ¡sólo sería un beso, no iban a hacer nada indecoroso! Al menos no en vía pública.

–Así que pides permiso con una excusa barata para venir a besuquearte con un vagabundo a una plaza. –

Aquella voz hizo que el rubio abriese los ojos de golpe, al instante en que su rostro se volvía rojizo de la vergüenza.

–Jefe Min...– Susurró Park, bajando la mirada.

El rostro del universitario se puso a tono con su cabello, de pura rabia, ¿¡cómo se atrevía a hablarle así a su Minnie!? No le importaba en lo más mínimo que ese tipo paliducho y con cara de gato le dijera que parecía un vagabundo, sin embargo, no iba a permitir que nadie hiciera sentir mal a su enamorado.

–Ni creas que lo pasaré por alto. – Yoongi miró desde arriba al rubio, curvando sus labios en una media sonrisa repleta de satisfacción al ver como su empleado se tensaba. – Descuida, no voy a descontarlo de tu paga, pero tendrás que hacer horas extra como mi asistente hasta que recuperes todo lo que no trabajaste hoy. –

Jimin estaba frito. Jungkook estaba iracundo.

–E-Está bien, jefe Min. – Susurró una vez más, sin poder elevar la mirada.

El brazo del menor rodeó la cintura de Park con fuerza, apegándolo de manera protectora hacia su cuerpo, para ver desafiante al sujeto bajito de traje.

–Tsk. – Chasqueando la lengua, el de cabellos rojizos arqueó una ceja. – Si no tienes nada más que decir, entonces deja que sigamos en nuestra cita y márchate de una buena vez. – Era obvio que Jeon estaba más que molesto y eliminando los honoríficos lo hizo más que notorio.

–Jimin. – Su jefe lo llamó, pasando por completo del pelirrojo. – Espero que mañana estés en pie a las seis y treinta. – Dando un par de pasos dio indicios de alejarse. – Pasaré por ti, así que no me hagas esperar, sabes que detesto la impuntualidad. – Y tal y como apareció, se marchó en completo silencio.

Jeon temblaba, conteniendo las ganas de ir tras ese tipo para golpearlo y así ver si su cuerpo tomaba un poco de color, no obstante, eso no era prioridad. Al sentir el largo suspiro de resignación de Jimin, el menor lo abrazó con cariño, llenándolo de besos en la coronilla.

–Tu jefe realmente es una patada en la entrepierna. – Comentó con el ceño fruncido.

–Sí... – Cerrando sus ojos, se dejó mimar escuchando los relajantes latidos de su novio. – Aunque... sinceramente no sé cómo llegó hasta aquí. –

–Pero tu trabajo queda a unas cuadras de aquí, ¿no? – Cuestionó el de cabellos rojizos.

–Sí. – Asintió el mayor, ladeando su rostro para abrir sus ojos y ver el perfil de su novio. – Pero él nunca camina, siempre va en su auto a todas partes. –

–Estúpido sujeto. – Gruñó Jeon. – Maldita la hora en que se le ocurrió caminar por primera vez. –

La risilla de Jimin fue lo que necesitó el menor para tranquilizarse y que su mal humor desapareciera.

–Bueno, no importa. – Dijo sin más para darle un suave y rápido beso en la mandíbula, ocultando su sonrojado rostro en el cuello ajeno. – Ahora estamos solos de nuevo, tenemos que aprovechar eso. –

–Buen plan. – Sonriendo con satisfacción besó las rubias hebras contrarias. – A la mierda tu jefe Min. –

–¡Kookie! –

Y ambos rieron, compartiendo el beso que había sido cortado con anterioridad. Tenían el tiempo contado, y al parecer las horas futuras también, como sea, mientras sus labios se unían con delicadeza, un pensamiento cruzó la mente del pelirrojo. ¿Cómo rayos, ese tal Min sabía dónde vivía su novio? Los celos lo invadieron, así como su lengua invadió la boca de Jimin. 

Just one day [KookMin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora