Maven x Lectora. One Shots

One Shot: Agua de Amor

 Te sentaste en tu asiento, sola, con tus manos apretando tu vestido. Estabas avergonzada en esta reunión en la que ni siquiera eras bienvenida. Pero insististe en acompañar a los hermanos Calore. 

 Eras una ninfa, de una casa alta, pero la gente siempre te despreciaba por lo débil y frágil que eras. No obstante, no crees que se equivoquen, siempre has sido así. 

 Creciste con Cal por la única razón de que él juró protegerte cuando eran más jóvenes, odiaba la forma en la que la gente te trataba. Fue uno de tus mejores amigos. Pero no importa lo amable que fuese contigo, tus sentimientos nunca fueron dirigidos a él. 

 Siempre fueron hacia su sombra, hacia Maven. Sentiste que entendía a Maven, que te ignoraban, que te veían débil y sin importancia. Tu familia también se puso nerviosa con respecto a tus sentimientos. Querían desesperadamente que tú ganaras la Prueba de las Reinas, pero solo querías estar con Maven. 

 La sala de reuniones estaba medio vacía y todos, incluidos Maven y Cal, se habían ido. Estuviste sola allí porque no te permitieron probarlos, dado que eras una ninfa, tenías mayor probabilidad de matarlos. Como nunca lo harías. 

 Miraste a tu alrededor y bajaste la mirada mientras observabas algo en el asiento de Maven. Estabas puesto incómodamente allí, esperando a que lo notaras. Su brazalete de fuego. Inmediatamente te tensaste, sonrojándote como una loca. Maven siempre ha tenido un problema de ira, así que se quita el brazalete al manejar documentos y archivos. 

 Tomando una profunda respiración, levantaste el brazalete, sosteniéndolo ligeramente con tus dedos como si estuvieras preocupada de romperlo. 

 Saliste corriendo de la habitación, manteniendo el brazalete cerca tuyo. Allí estaba Maven con dos centinelas detrás de él. Escuchan tus fuertes pasos y casi de inmediato de detienen. Te sostienen en tu lugar con sus duras manos. 

 Maven hace contacto visual contigo, sus ojos brillaban de curiosidad. Estabas confundida, mirando a tu alrededor. Una fuente de agua, te diste cuenta. Miraste a los centinelas y volviste a sonrojarte. Tus movimientos se detuvieron cuando sentiste una fría arma contra tu cabeza. 

─ Maven... ─Soltaste, haciendo contacto visual con él. 

 Era más alto que tú, y lo notaste aún más cuando te observó. Sus cejas se fruncieron cuando cuestionó la situación. 

─ ¡Señor, ella estaba tratando de asesinarle! ─Un centinela habla. 

 No rompías el contacto visual con Maven. Su voz salió como un susurro. 

─ (T/N)... ¿Eso es cierto? ─Sacudiste la cabeza ligeramente. 

─ Solo quería devolverte tu brazalete... ─Tu voz se rompió cuando lo extendiste con tus débiles manos. 

 Él lo tomó de ellas gentilmente, examinándolo. Maven chasqueó la lengua alejando a sus centinelas. Ellos vacilaron, pero lo cumplieron de todos modos. 

─ (T/N), camina conmigo ahora. ─Él ordenó, gesticulando para ti mientras se daba la vuelta. 

 Le seguiste, forzando un par de pasos gigantes mientras lo alcanzabas. Mientras caminabas con él, estabas tranquila. Ambos estaban en silencio. Era como si estuviera esperando algo. Luego dijo: 

─ No les creí. Nunca harías eso. ─Su voz era tan tranquila, tan suave. 

─ S...sí, como que porqué mataría a la persona que me gusta. ─Dejaste escapar un suspiro, evitando mirarle. Estuvo en silencio por unos segundos, para luego responderte. 

─ Por eso no les creí. Quiero decir, ¿Por qué la chica que me gusta intentaría matarme? ─habló él, casi riéndose. 

 Tu mente se dispara, sonrojándote salvajemente. Él no te estaba mirando, solo observaba hacia delante con una sonrisa tonta en su rostro.