-No tengas miedo, a mí también se me suele parar el corazón a veces-respondió Terra.
En ese momento la amé, la amé más de lo que la había amado sin conocerla, pero no pude responder. Me quedé mudo, perplejo ante el reflejo de mi silueta sobre sus gigantes ojos color café oscuro, con una cicatriz arriba de su hermosa y poblada ceja izquierda. Sin embargo, ella se dio la vuelta y continuó como estatua viendo a una pared.
No podía dejar que eso pasara, así que rocé suavemente mi mano sobre su hombro haciendo un empujón casi intocable.
Ella me volvió a mirar y antes de decirle todo lo que mi corazón ahogaba en su boca de enamorado, Razim, su mejor amigo, postró su fructífero brazo en la espalda de mi Terra y se la llevó a su mundo. Desde ese momento odié a Razim. Él era un chico alto, de un color blanco papel, con su cabello negro y sus ojos café claro. Estaba en el grupo de los eruditos con Terra debido a su gran manejo de la inteligencia emocional y control sobre su poder. Él tenía el poder de controlar los niveles de dopamina en una persona. Prácticamente podía controlar su estado de ánimo, poniéndolo extremadamente triste o extremadamente feliz a su conveniencia.
Ahora que lo veo frente a frente, me doy cuenta que es tan increíble que nunca le voy a llegar ni a las pantorrillas, es demasiado increíble para mí. Él puede entenderla sólo con la mirada, yo no lo puedo hacer, y no se si es porque recién la conozco o porque soy una persona que prefiere rogarle a Dios que se lo lleve antes de tener que vivir un sólo día más en esta maldita existencia.
Tuve que ver durante 58 minutos y 27 segundos a la mujer que más amo en todo el mundo con un perfecto y musculoso brazo postrado en su sensual espalda mientras su cabeza cubierta de un pelo de color negro con olor a Jazmín se asentaba en el hombro de Razim. Lo que pasó en los dos minutos antes de que la asamblea finalizara fue que el dolor me controló. Cogí la maleta, me puse la capucha y salí corriendo mientras sólo observaba el suelo de color café con manchas de color negro. Llegué al baño, saqué la tijera que tenía en mi cartuchera observé mis muñecas con ganas de abrilas, sentir la sangre color rojo y dejar de sentir dolor durante los últimos 2 minutos. Tomé la tijera la abrí en dos partes y dejé de sufrir.
Después salí, al mundo real, al maldito y estúpido mundo. Salimos del auditorio, yo estaba primero en la fila, observando a Terra que estaba en la última fila rodeada de sus mejores amigos. Y así, después de tanto dolor que sentía en ese momento, aún la amo y sigo creyendo que es la mejor mujer del mundo.
Llegamos a la clase de hoy, era la clase de Manejo Extremo de Poderes. Aquí, en el nivel de los malignos, las clases están relacionadas con los poderes debido a que el objetivo principal del instituto Cazal siempre ha sido que todos sus estudiantes manejen los poderes hasta llegar al Nivel 3. En clase, siempre he sido el normal en notas y nunca he sido superior ni enferior a nadie. Las materias en las cuales mejor me ha ido en estas 2 semanas son en Lenguaje Corporal y Educación Física.
Me senté en la mitad de los asientos de la clase. A mi lado siempre se sientan Llusarawi, la chica más deseada de mi nivel, y al otro lado Nebraska. Al frente mío se sientan Brock y Drow. Durante estas 2 semanas, siempre ha sido tan aburrido sentarme siempre con ese grupo de 4 malignos, pero la verdad son graciosos. El único problema es que no sé cómo acercarme a ellos, así que siempre trato de concentrarme en mis clases.
Entró la profesora y la tortura comenzó. No estaba del mejor ánimo y se me notaba, pues nunca he sido de las personas que ocultan bien sus sentimientos. Minutos después de iniciar la clase, Llusarawi, la chica que cortó mí camino al auditorio con su jalón de brazo me envió un papel arrugado. Lo tomé y lo abrí.
-¿Cómo te llamas?- decía.
Mientras observaba la pregunta más ridícula del mundo la profesora me dirijió su sepulcral mirada y me dijo:
-Elial, estamos distraídos en clases, así nunca vas a mejorar.
Sé lo que se siente que la gente no te haga caso, pero yo no me estoy quejando a cada rato. Si yo me atraso en la materia es porque llegaré más temprano a conocerme bien, y si llego más temprano a la clase es porque no tenía nada mejor que hacer. Después de pensar todo esto respondí con una voz narrativa:
- Solo hablamos de mejorar pero nunca hablamos de las equivocaciones porque eso te baja las calificaciones.
Ya era muy tarde, me había metido en grandes problemas. Así que la sepulcral mirada de la profesora me mandó directamente a la oficina de la señora de atuendo azul. De camino, a penas saliendo del edificio, ví a Terra en el patio y recordé el dolor del auditorio; aún así, mis piernas corrieron como mariposas a esa luz de mujer. Me acerqué y le dije lo primero que se me vino a la mente:
-Hoy estás hermosa.
-¿Con todos mis defectos?- Terra inquirió.
-Eres simplemente perfecta- le dije y me fui.Editado por Samira Cisneros

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Conociendo a la soledad
RomanceSé que estás pasando por la misma estúpida hipótesis adolescente, te enamoraste, te enamoraste de sus defectos. Sientes que nadie ama como tú, y te volviste egoísta. Estas desesperado porque estás muriendo en vida, no logras encontrar la solución a...