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Kara miró una vez más a su madre con una sonrisa y salio de la habitación. Al cabo de un rato, Lena ya estaba lista para irse a casa y Kara volvió con los papeles del alta.

-¿Ya podemos irnos? No confio mucho en Jeremahia y Alex para cuidar de Nia. Eliza soltó una risa y miro a su hija, su marido puede llegar a ser muy infantil.

-Si, ¿Te importa si almorzamos en tu casa? Después iremos a la nuestra.

-¡Kara! Que cosa dices, por dios, ya sabes que me encanta que pasen tiempo en casa.

-Muchas gracias, Eliza. Lena le regaló una sonrisa y Eliza la correspondió.

Las tres salieron de la clínica ayudando a lena a caminar ya que no tenía muchas fuerzas. Una vez que llegaron, Nia, Alex y Jeremahia recibieron alegremente a Lena y esta soltó unas lágrimas al ver que había personas que se preocupaban por ella y que no estaba sola.

En la noche, Kara acostó a Nia mientras Lena se daba un baño. Al salir se acostó al lado de su amada y la abrazo.

-Te quiero mucho, Len, gracias por estar siempre conmigo, tú y tu familia. Lena se aferró a su brazo cerrando los ojos.

-Estamos contigo porque te amamos y ahora eres de nuestra familia, tu, Nia y nuestra pequeña.

-No se que hice para merecerte, eres lo mas hermoso que me pudo haber dado la vida. -La abrazó más fuerte si se podía.

-No te pongas sentimental, amor. -Ella la acarició el rostro. -Se cuanto me quieres y yo también, estamos juntas, con nuestras niñas, solamente debemos aprovecharlo, y no pensar en nada más que nuestra maravillosa familia -Lena no continuo hablando ya que había caído en un sueño muy profundo.

-Descansa.... Esta muy cansada y nuestra bebe te necesita fuerte. -Dijo Kara para darle un beso en la frente y quedarse dormida ella también.

(...)

Nueve meses de embarazo y Lena no aguanta más.

Siente que su vientre pesa una tonelada y le duelen los pies, cada paso que da es como si estuviera levantando toneladas con las piernas, se siente gorda y fea. La depresión no ayuda y ya ni siquiera quiere levantarse de la cama.

Nia está contenta por la próxima llegada de su hermanita y Kara está que rebosa de alegría, su mayor sueño está a días de realizarse tener un hijo. Está tan emocionada como Lena, solamente que la ojiverde estaba emocionada a su manera.... digamos.

En estos días Lena estuvo de intensa y vivía peleando con Kara por cualquier cosa. Literal. La rubia ya no aguantaba los berrinches Lena pero sabia muy bien que lo tenia que hacer.

-Len... -La llamó desde la cama mientras Kara se vestía para dormir.

-¿Qué sucede, Amor? Te dije que la masajista vendrá mañana, hoy tenía la agenda llena. -Dijo en todo cansado, Había sido un dia muy dificil y para colmo cuando fue a casa, Lena estaba de muy mal humor ya que le dolían los pies.

-No es eso, Kara. -Se cruzó de brazos enfadada. Ella no la entendía ni un poquito.

-¿Entonces....? La pelinegra fubo mientras se metia a la cama junto a ella.

-No me gusta el nombre que escogimos para nuestra hija. Se cruzó de brazos pensando.

-¿Escogimos? -Kara rodó los ojos la miro. Si lo has escogido tu.

¡Kara! Dijo avergonzada. -Bueno, ya no me gusta. Quiero que pensemos en uno que tenga un lindo significado y todos esas estupideces que dicen ahora. -Dijo ella con una sonrisa mientras acariciaba a su gran vientre.

-Creo que ya estas teniendo ganas de salir. -Hizo una mueca.

-¿Que ya es hora? Esta niña tendría que haber nacido hace dos días. -Soltó una risa y acarició su vientre.

-Es perezosa, saldra a mi y dejala, quiere estar mas tiempo conmigo y no ver tu cara de amargada, vendrá cuando tenga que venir. -Dijo defendiendo a su hija aún no nacida. 

Déjame  Amarte  (Supercorp)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora