Anayra despertó en una cama dura, pero a fin de cuentas era una cama y no sólo el piso. Estaba en una habitación fría pero iluminada, mas no había reparó en ello pues, según creyó, se encontró con su padre y eso era lo importante. La situación radicaba en que no sabía precisamente en que lugar lo había hecho, además que un tremendo dolor en su costado la invadía. Así fue como recordó que un idiota la había atravesado con la espada y, por milagro, seguía viva.
La puerta se abrió y una mujer vestida como servidumbre entró junto a una charola en la que tenía pañuelos, una jarra y un frasco. Vio que ella ya estaba despierta, por lo que dejó la charola a un lado de la cama, en una mesa de madera, sencilla, y salió tal cual entró. ¿Dónde estaba exactamente en estos momentos? Anayra no intentó levantarse y buscar a alguien que le respondiera porque, de verdad, le dolía sólo moverse un poco, lo que denotaba que no estaba curada del todo. Tuvo que esperar un rato más en lo que la mujer regresaba con un nuevo acompañante. Tan pronto entró el hombre, la mujer se retiró, cerrando la puerta, dejando solos a Anayra y el recién llegado.
-¿Quién eres? -preguntó el hombre primero.
-Mi nombre es Anayra de Wistermin.
-¿De Wistermin? Eso es impo... a menos que tú hayas usado la... tiene sentido así -el hombre divagaba cuando se percató de la incertidumbre en el rostro de la chica-. Deja me presento: soy Lloyd Blacksmith. Se encuentra bajo la protección del rey Mateus en estos momentos, en su mismísimo castillo; créame, aunque es bueno, tuve que insistir demasiado para que me que permitiera instalarlas en estas habitaciones.
-¿Puedo saber porqué hablas en plural... señor Blacksmith?
-Bah, no hace falta formalidad. Hablo en plural porque las he traído a las dos junto a ese campesino.
-¿Quiénes?
-Robert Farmer, el campesino caballero y a mi hermana, Anayra Blacksmith.
Trató de entender esto a la medida que se lo explicaba Lloyd. Si lo dicho por los Knight tenía lógica, esta era la lógica. Anayra Blacksmith era ella, pero ahora estaba viva por su oportuna intervención, por lo que no la asesinó Robert... ¡¿entonces significaba que estuvo a puntos morir a manos de su padre?!
-Ya que he disipado sus dudas, sea tan amable de atender las mías. Del tiempo del que viene, ¿quién ganó?
-¿Quién ganó qué?
-El avalerion. ¿Quién ganó el avalerion? Lo que sea que diga podrá ser de utilidad.
-Si te refieres al rey, fue von Koch quien se coronó... ¿Qué es lo que sabes de mí? ¿Por qué me preguntas sobre el futu...?
-¡Silencio! -Rápidamente, Lloyd, llevó su mano para cubrir la boca de Anayra-. Sólo yo sé que no eres de este tiempo. Bueno, lo supuse, porque no tengo idea de cómo funciona ni cómo hacerlo ni si es posible. Mi padre, antes de ser un demonio, siempre hablaba de usar la caja de ensueño, un artefacto perdido, para «volver» al pasado y evitar la muerte de mi madre. Aunque me parecían estupideces, cuando te vi lo recordé y empecé a creer.
-Fiero verf a mi pfafre.
-Perdón, le dejo hablar. -Y retiró su mano.
-Quiero ver a mi padre.
-¿Es que acaso no me escucha? Me armé de valor para decirle esto, he disimulado mi temor durante tres días en lo que usted despertaba, además de ocultar su existencia a excepción del rey, el campesino, la criada que cuida la puerta y yo mismo, para evitar problemas. Tienes que entender que en este tiempo ya existes y, si alguien las ve a las dos juntas, no dudaran en marcarlas como artífices de conjuros -luego agregó, como si se tratara de un hecho irrelevante-: además que no se quién es tu padre.
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Guerra a Tiempo
FantasyRobert Farmer, un joven de pueblo que desea escalar en la sociedad, se embarcará en la ruta del éxito y, de ser posible, convertirse en un auténtico rey. Incluso puede que el conflicto entre los soberanos del avalerion hagan consumar su objetivo. ...