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Comenzó a besar lentamente a Soo, golpeando la punta de su lengua tímidamente contra a de ella de forma superficial, y succionando hábilmente los labios superiores, haciéndole picar donde sea que dejaba sus almohadillas color cereza.

Lamió sus labios entreabiertos, pidiéndole permiso para entrar a su boca de una maldita vez, colocando sus frías y venosas manos en las mejillas de Soo para acomodar su cabeza.

Ella, temblando de euforia y con el corazón a mil, notando la respiración de su jodido captor chocar contra sus labios, acariciando los poros de la piel de los mismos suavemente, le permitió paso abriendo su boca. Encajaron sus labios de nuevo mientras que el húmedo músculo del joven se introducía en la cavidad bucal de Soo y jugaba a encontrar el músculo contrario, propinándose caricias que mezcladas con el ambiente se hacían extasiantes.

Tras separar sus labios, dejando un hilo de sucia saliva conectando sus bocas, Jungkook continuó su labor depositando húmedos y poco inocentes besos en el cuello de la joven que temblaba de forma exagerada, buscando encenderla. Sin embargo, el terror, la incertidumbre, y el placer eran sensaciones que en ese momento distorsionaban la realidad de la chica, quien lejos de sentirse incómoda, cedía ante el toque del hombre -cuyo atractivo era difícil de omitir-.

Descendió por el lado derecho de su cuello mientras ella dejaba escapar disimulados suspiros de pura excitación. A JungKook todo se le hacía tan sistemático, sabía dónde podía excitar a una mujer de sólo observarla, y este caso no le estaba resultando muy distinto.

Él simplemente estaba aliviado, porque hacía bastante que no consumía aquella substancia como para ser peligroso, así que no tenía mucho que temer de momento. Clavó sus incisivos en las clavículas de Soo, gruñendo al notar el ahogado gemido que salió de su acompañante.

Se disponía a desabrochar la camisa del adorable pijama con el personaje de BT21 "Cooky" en él, -regalo por parte de Jungkook, que adoraba ese personajillo sin explicación aparente-, hasta que ella le detuvo, alzó su rostro y le miró a los ojos. —J-Jungkook...¿Q-qué piensas... hacer?.—Susurró respirando con dificultad.

Él gruñó. Sus ojos brillando más que nunca. Iba a enseñarle a esa niña lo que era el respeto por su dueño.

—Voy a enseñarte un par de cosas— Sin embargo, aunque seguía tratando de sacarle por las buenas la camisa de Soo, esta la seguía sujetando con un miedo horrible. Entonces, Jeon se dejó llevar por la lujuria y la ira, y simplemente tiró de la camisa hasta arrancársela y hacerla jirones en sus manos.

Dejó al descubierto el sujetador negro que llevaba la chica, quien por el miedo trató de taparse. Lo único que hizo el joven fue coger agresivamente los brazos de la chica y estamparlos contra el colchón, sintiendo la excitación de Soo en el ambiente. Esta asustada, podía notarlo, podía olerlo, pero no incómoda ni desagradada.

Jungkook frotó su dura entrepierna contra la intimidad de Soo, haciendo un exquisito contacto que hizo a Jeon gruñir cerrando los ojos y a Soo gemir de pura excitación. Jungkook se sacó la camiseta, dejando a la chica hipnotizada con el movimiento del pecho de su tutor legal subir y bajar.

Bajó su mirada por los pectorales ya sudorosos, encontrándose unos abdominales tonificados, llegando con la mirada hasta la V que se marcaba en sus bóxer de Calvin Klein. Era como si fuese la primera vez que lo hubiera visto.

El joven se avalanzó sobre el cuello de Soo, dejando húmedos y candentes besos por toda su extensión. La chica lanzaba suspiros de pura excitación, nunca ningún hombre le había tocado de esa forma, como si fuera la pieza de arte más excitante del mundo.

Los besos de Jeon descendieron hasta el nacimiento de los pechos de su presa, los cuales, con sus manos firmes y masculinas, apretó y aplastó con fuerza, pero con cierta suavidad que nunca desaparecía. Besó y pasó su lengua dibujando una línea de saliva desde la clavícula derecha hasta la tela del sujetador básico negro.

JJK || Mind Games [CORRIGIENDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora