Me subí al autobús y, como ya era costumbre desde hace semanas atrás, me senté a tu lado.
Estabas serio, más que de costumbre.
Te pregunté si estabas bien y me miraste sonriendo.
Tenías un moratón en tu ceja derecha el cual toqué preocupado y con delicadeza.
- ¿Qué ha pasado? -pregunté con dolor en mi voz.
- Peleas de familia. No te preocupes. -sonreíste un poco y pusiste tu mano cobre la mía.
- Espero que todo se arregle. -no volví a sacar el tema en todo el trayecto de autobús.
- Ayra🧸
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Maél [completa]
Historia CortaTodas las mañanas al subirme al autobús estabas ahí, siempre me mirabas sin sonreír.