Había cogido como costumbre sentarme justo detrás de ti, y cada vez que llegábamos a la curva, mirarte.
A veces no correspondías mi mirada, pero me gustaba sonreír igual.
Ese día al llegar a mi asiento había un papel doblado sobre este. Lo abrí con entusiasmo a la vez que me sentaba y leí lo que ponía en su interior.
"Bonito asiento.
Hoy está nublado y no podremos cruzar miradas."- M -
Noté mi corazón latir rápidamente, miré hacia la ventana y, efectivamente, el cielo estaba repleto de nubes.
Hoy no podría mirar sus ojos, pero sí su cabellera negra.
- Ayra🧸
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Maél [completa]
Short StoryTodas las mañanas al subirme al autobús estabas ahí, siempre me mirabas sin sonreír.