El gusano.

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Me metí bajo tierra esperando el gusano gigante come gente. Miré la línea amarilla en el piso que decía que no la pase y luego a los costados para darme cuenta de que nadie le hacía caso.

Se escucharon los horrendos gritos de la monstruosidad para luego pararse enfrente de nosotros. Vi como entraban a las muchas bocas del animal y como otros salían, empujándose unos a otros. Imité a un anciano a mi lado tratando de no ser arrastrado hacia atrás. Una vez dentro se cerraron las bocas y comenzó a andar.

El rápido movimiento me hizo tropezar con mis propios pies y empujar a los demás. En consecuencia recibí palabras dichas una fuerza y las cuales no sabía su significado.

Luego este animal se volvía a quejar. Estaba galopando con tanta fuerza que todos imitábamos  inconscientemente todos sus movimientos bruscos.

Después de un eterno rato este frenó de repente y abrió sus bocas otra vez. Salí desesperado, como el resto de la gente, empujando a todos.

Subí con rapidez las escaleras movedizas y al llegar a la superficie respiré el contaminado aire que a comparación de allí abajo parecía puro.

Levanté la cabeza para ver las estrellas pero estas habían desaparecido, una luz rojiza las tapaba como una manta.

Observé a los que estaban saliendo de la tierra. Ninguno miraba arriba ¿Sería porque ya sabían que no había estrellas? 

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