Me sentía extraño - ¿Estaré muerto? – Me pregunte. Sentía que mi oído era más agudo y logre escuchar una conversación, pero sin embargo no lograba ver... Me habían cubierto mi cara y amarrado mis extremidades, mi garganta me dolía y mi respiración me lastimaba, estaba experimentando un cambio drástico en mi cuerpo, como si mis sentidos se hicieran más fuertes a voluntad.
- Deberíamos dejarlo simplemente aquí y que las criaturas del mar se lo coman – Dijo un izzan que ya se quería ir debido a que oscurecía.
- Más respeto hermanos, aunque haya sido un traidor fue un hermano nuestro y merece – Le responde otro izzan.
- Este lugar está bien – Dijo el tercer izzan que los acompañaba.
En un momento de curiosidad mi vista tomo forma y logre ver más allá de lo que podría imaginar, es como si no pudiera verlos, pero sin embargo si podía, lograba ver como su mana nacía de su abdomen y se repartía en todo su cuerpo, pero ya no lograba escuchar nada, como si yo decidiera que sentido agudizar.
Me amarraron junto con una piedra para hacer más peso y me arrojaron al mar. En un inútil intento de desesperación me logre quitar lo que cubría mi cara, y lo que podía ser mis últimos momentos de vida me lo compenso con una hermosa vista de nuestra luna cristalizada y un espectáculo de la vida marina y sus luces fluorescente, era tan hermoso ver nadar a todos los bancos de peces, y los grandes cetáceos de la zona.
- ¿Este es el final? – Mientras mi vista se iba apagando lograba que una sombra se acercaba a mí, seguramente un animal que acabaría con mi vida... Solo, cerré mis ojos.
Varias semanas después...
Abrí mis ojos y estaba acostado en una cómoda cama junto con un cálido fuego envuelto con varias cobijas. Me sentía demasiado cansado, y voltee a ver a todos lados, el lugar me resultaba familiar, creía saber de quién era este hogar.
- ¿Ya-Yaki? – Pregunte con mucha dificultad, pero nadie me respondió.
Intente levantarme de la cama, pero antes de que pudiera hacerlo escuche una voz femenina conocida pero cambiada, que me pego un gran susto - ¡BUUUH!
- ¡AHHH! – Me caí a un costado de la cama y volteé a mirar quien era.
No me había equivocado, era Yaki, había cambiado un poco, con un gran cabello largo recogido por una única trenza, y parecía de mi edad, como si creciera junto a mí.
- ¡Hope te caíste! – Preocupada me ayudo a ponerme nuevamente en la cama.
- Yaki, de la persona que menos me imagine volver a ver, y estas aquí – Hope empezó a llorar de alegría.
- Bueno, en vez nunca hace daño que me veas en vez en cuando – Guiña su ojo izquierdo.
Suelto una sutil risa - ¿Cuánto tiempo llevo inconsciente?
- Bueno llevas así... como unas dos semanas, pero eso me paso igualmente a mi cuando experimente mi grammatos.
- ¿Qué es eso? – Pregunta totalmente confundido y perdido.
- Agh. ¿De verdad te tengo que explicar? Me da tanta pereza de tan solo imaginar toda la explicación.
- ¡Por favor! Cuéntame, necesito saber – Le responde de una manera obstinada.
Yaki suspira – Bueno está bien, un prammatos, se podría decir que es una habilidad única de cada decol, heredado de lo mejor de tu padre y tu madre. Y con cierta edad se manifiesta cuando tu cuerpo presenta una gran ansiedad, ya sea con emociones de enojo, tristeza o alegría... - Una lagrima recorre las mejillas de Yaki – Pero hay momento donde ya tienes tu prammatos y este muta, haciendo tu habilidad aún más fuerte – Se seca su lágrimas.
Hope mira a Yaki con empatía – Puedo sentir lo mismo que tu sientes, yo también he perdido a alguien.
Yaki se acuesta en mi abdomen y llora frenéticamente – Massu, mi padre murió.
Acaricio su cabeza – La verdad lo lamento.
Yaki con una voz un poco más tranquila le responde – No Hope, yo lamento lo lamento, hace varios meses que murió mi padre, y vine especialmente a buscarte a ti en Histarall para volver a hacer una vida, pero al buscarte te encontré rodeado, y vi como él se sacrificó para salvarte, soy débil y no pude hacer nada para ayudar hasta el final. No lo conocí, pero puedo entender sus acciones.
- No te debes culpar por esto. Esta no es tu lucha. Esto es como una piedra en el zapato que me ha estado molestando por años, y es algo que voy a acabar de una vez – Miro fijamente a Yaki y con la mirada le prometo algo – Cuando acabe con esto yo mismo cargare y con tu dolor y sanare tus heridas y si no lo consigo no merezco ser el alumno del mago más fuerte del mundo, Jack.
Yaki se seca todas sus lágrimas, y le devuelve una sonrisa – Bueno, yo esperare mientras tanto, y te daré mi apoyo.
Antes de despedirse, Yaki le da varias prendas viejas de su antiguo hogar que le pertenencia a su padre, era abrigadoras y de bordados sumamente finos, y de pieles muy bien cuidadas. Ropa muy distinta a la que traía Hope, con un estilo más tradicional de las tribus locales.
- ¿Y ahora a donde planeas ir? – Pregunta Yaki curiosa.
- Bueno al segundo lugar donde les desagradan los sakapernas. Iré con las tribus rebeldes de Histarall y luchare a su lado.
- ¿Y por qué al segundo y no al primer lugar?
Hope responde algo nervioso – Bueno, ya no soy tan aceptado en ese lugar.
Después de una despedida alegre, Hope toma las cosas que le regalo Yaki y se embarcó a buscar a las tribus.
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Nui wa I
FantasyEn la época 4000 A.E se ubica un pequeño héroe que al ser traicionado por su hermandad se ve obligado a embarcar una aventura de auto descubrimiento, donde aprenderá su verdadero objetivo en la vida y así lograra poner su nombre en alto otra vez der...