El joven Kim pasó toda la jornada entre dudas y vacilaciones: aunque odiaba la probabilidad de que su marido fuera una serpiente tal cuál habían mencionado sus hermanas, le seguía amando, y tal lucha lo fatigaba y lo llevaba ahora a desear su muerte, a tachar de mendaces a sus hermanas; recordaba las advertencias del marido y vacilaba; desconfiaba de él y quería apresurar su fin. Mientras caía la noche, decidió hacer caso de sus hermanas y lo aparejó todo tal como le habían aconsejado. Así, cuando su marido dormía profundamente, descubrió la lámpara y a duras penas ahogó un grito de sorpresa porque la luz le revelaba el cuerpo de la fiera más dulce y agradable de todas, de la cual no sabia más que su nombre, pero aquel con el que era presentado a los mortales: Cupido.
Una vez recuperado de la sorpresa, Taehyung se acercó al cuerpo dormido y comenzó a recrearse en su hermosura: sus cabellos negros azabache todavía estaban húmedos por la ambrosía; sus mejillas rosadas y su piel acanelada refulgían de puro inmaculado; de sus hombros brotaban unas alas brillantes de rocío, quietas a pesar del leve temblor de sus plumas, todo era un cuerpo digno de haber sido engendrado por Venus.
Delante del lecho halló el arco, el carcaj y las flechas. El joven, en su afán por mirar y curiosear todo, cogió una de ellas y en un descuido se pinchó con la aguda punta, enamorándose locamente del joven de inusual belleza, en su frenesí inclinó sin querer la lámpara sobre el dormido de modo que cayeron unas gotas de líquido ardiente sobre su hombro y se despertó. Hoseok, al verse así descubierto, emprendió el vuelo hablándole a el desdichado Taehyung que, espantado por el desastre, yacía en el suelo.
ㅡ Ahora en verdad, Taehyung, recuerdo las órdenes de mi madre: deberías enamorarte del peor y más cruel de los hombres, sin embargo, cuando te vi, herido por mis propias flechas, cometí el acto más irreflexivo e insensato, el error de amarte. Y todo para que me desobedezcas y creas que soy una bestia digna de muerte. Mas ahora todo lo que predije sufrirás y, aunque han sido esas tan buenas consejeras tuyas quienes me han causado esta pena, sólo a ti castigaré con mi huida ㅡY sin añadir nada más remontó el vuelo.
Mientras el menor, aún postrado en el suelo, lo seguía con la mirada llena de lamentos y lágrimas. Perdida ya su vista y con ella toda esperanza, decidió arrojarse a un río cercano. Pero el río, conocedor del poder del Dios no consumo su muerte y llevándolo sobre sus ondas lo depositó en el césped florido de la ribera.
Entonces por casualidad lo vio el Dios rústico Pan, que sentado allí cerca abrazaba a la montesa Eco y la enseñaba a repetir todas las voces, en tanto que sus cabritillas dispersas jugaban a desordenar la cabellera del río. Cómo no ignoraba lo sucedido, lo llamó y le dijo:
ㅡ Hermoso jovencito, aunque siempre haya habitado en la agreste floresta, mi edad madura me concede la sabiduría y la experiencia. Por ella sé que tu andar titubeante, tu excesiva palidez, tu suspiro frecuente y tus ojos lastimeros hablan de penas de amor. Préstame atención y deja de buscar la muerte; deja a un lado tu tristeza y dirige las mayores preces y súplicas a Hoseok, el más poderoso de los dioses, y quizá te ganes de nuevo a ese joven delicado y lujurioso.
ㅡ ¿Hoseok? Jamás he oído hablar de tal Dios ㅡindago el joven de cabellos cobrizos.
ㅡ Pero que tonto he sido, no es ni nadie más ni nadie menos que el mismísimo Cupido mi querido Taehyung, Hoseok es el nombre por el que se le conoce entre los dioses, ahora déjate de preguntas y ándate a hacer lo que te mencione.
Sin más contestación que una afirmación, Taehyung emprendió un andar errático que por los bosques y sendas lo llevó sin saberlo a la ciudad donde residía su hermana mayor. Cuando supo dónde estaba, pidió que lo llevaran a la casa fraterna. Poco después se encontraron entre abrazos y efusiones los dos hermanos, y el menor no tardó en darle razón de sus desdichas.
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Eros y Psique ↬ HopeV
Short StoryLa belleza del hijo menor de la familia Kim sobrepasaba la elocuencia humana, tanto que al ser comparado y venerado como Afrodita desencadeno la ira de esta misma logrando que la diosa desdichada y celosa ordenara a su hijo Hoseok (Eros) que enamora...