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La muchacha tocó levemente su cabeza la cual estaba ardiendo como el mismo infierno.
Todos para ese momento ya no sabían que hacer.

- Ángel tiene fiebre... mucha fiebre -. Comentó Axia mirando a su alrededor.

- Sabía que hoy no debía venir pero... tenía que salir de mi casa -. El chico contestó cansado.

- Escuchame Ángel, ni bien salgamos de aquí debes ir al baño y mojarte la cabeza ¡no puedes tener esta temperatura!

- Axia yo tengo agua -. Dijo Kalla mientras le pasó la botella a la chica.

Ella puso un poco en su mano y la vertió sobre los cabellos negros del joven de a poco, provocando que se agite debido al caer agua helada en su frente la cual ardía.
Acomodó un poco su cabello con sus manos y luego le hizo tomar aunque sea un sorbo del agua que quedaba. Tosió un poco también.
Volvió a acomodar su cabello para luego tocar su frente otra vez.

- Está mejor - suspiró Axia.

En eso la cerradura giró desde afuera dando paso a la persona que entraba, el cual era Allen.

- ¡¿Ustedes que hacen aquí?!

- Larga historia... - comentó Magui.

- ¡Allen! - la de ojos violetas se sorprendió para luego agarrar del brazo a Ángel y llevarlo despacio a la salida.

Todos se sentían confundidos pero al parecer nadie notó su ausencia. Nadie, ninguna preceptora se preguntaba o paseaba por el patio buscando a esos siete que parecían haberse esfumado.
Así y todo la de los raros ojos les dio distintas órdenes a todos.

- Muy bien; Eros, ve a comprarle algo de comida a Ángel como una barra de cereal. Considerando como está lo ayudará. Nick acompaña a Ángel a la dirección para que pueda llamar a sus padres y que lo lleven a casa .- En ese momento la cara del chico cambió a una de susto. No le agradó mucho la idea de que sus tutores se enteraran de la incómoda e inconveniente situación. - Eros y antes de eso avísale a la profesora de esto. Las chicas y yo nos volvemos al aula.

Todos se pusieron en marcha a hacer lo que ordenó la chica. Ella y Eros fueron los últimos en salir en lugar y mientras tanto los demás iban adelante. De un momento a otro ella jaló del brazo a Eros quién la miró extrañado.

- Mantenme al tanto de Ángel - susurró ella, a lo que el chico asintió con confianza.

Ni bien entraron todas al aula la profesora miró mal y se detuvo para preguntarles.

- ¿Dónde estaban? - Frunció el entrecejo.

- Un compañero de otro curso no estaba bien y nos quedamos con él. Eso es todo - explicó rápido Liss. Todas menearon la cabeza confirmando eso.

Luego de las otras dos horas de clase sonó nuevamente el timbre indicando el segundo y mas corto recreo. El grupo de chicas se dirigió por la biblioteca pero la de ojos violáceos se distanció para pasar por la dirección a pedir un papel, pero solo se puedo encontrar con Ángel allí. Con la cabeza a gachas esperando.

- ¿Qué pasó? ¿por qué aún estás aquí? - Intrigada se acercó y levantó su mirada desde el mentón.

- Mis padres... - hizo un pausa para saber qué decir - no llegan todavía y me quedé - sus achinados y cansados ojos revelaron que estaba muy mal. Tan pálido que parecía un fantasma.
Apoyó el resto de su cara en la palma de la joven y cerró sus ojos llenos de agotamiento para fundirse en un abrazo y en parte descanso para el joven. Se podía escuchar su suave aliento cuando respiraba por su boca.

- ¿Y ustedes no pueden hacer nada? - se volvió ella hacia los profesores.

- No. Solo debe esperar a que el adulto responsable lo retire - dijo sin ganas una de las preceptoras de allí.

- ¿¡Pero qué están diciendo!? ¡él no puede esperar! Se encuentra mal y además si no lo vienen a retirar en menos de media hora será abandono de menor así que les recomiendo que actúen ya sino quieren tener problemas con la justicia y los padres del chico - enfureció con razón.

Las preceptoras sin poder articular palabra se miraron entre sí con asombro y miedo para comenzar a moverse y a hacer llamadas de manera eficaz y rápida. Mientras ella se quedó con él.
Al rato - como a los diez minutos - sus padres aparecieron, pero al parecer no estaban contentos de ver a su hijo.

- ¡¿Cómo que te has enfermado?! - Su madre replicó con desdén - ahg, cómo sea. Vamos debemos ir al hospital - su tono parecía mas sarcástico que preocupado y se fue dejándolo a él atrás.

Antes que ella cruzara la entrada de la escuela, Axia se volvió a ellos tres con enojo y rabia.

- ¡Y ustedes deberían preocuparse mas de su hijo porque casi se muere por eso! ¡deberían dejar de preocuparse por seguramente su trabajo de mierda y ser tan mierda de persona! ¡ya que ustedes ni son capaces de llegar a tiempo y lo tienen esperando aquí como una mula! - Kalla intentó detenerla pero ya era tarde. Había soltado todo lo que debía soltar y escupir.

Luego de eso pasaron días y días sin que Ángel fuera a la escuela debido a su resfriado. En todos ellos Axia se replanteo si había sido demasiado lo que dijo pero no se lo cuestionó mucho y siguió con su vida. Estaba consciente que Ángel era un chico especial al igual que ella y que probablemente necesitara sus cuidados especiales.
Cuando Ángel volvió a ir a la escuela estaba un poco mas raro. Cubría sus manos y cuello a pesar de que no hacía tanto frío. Sin embargo se juntó con su nuevo grupo de amigos en el recreo.

- Oigan ¿dónde quedaron los demás dulces? - Preguntó el chico.

- Por unos días estuvieron en la biblioteca, pero ayer volví a entrar, los encontré, los guardé en mi mochila y los traje hoy - comentó Axia con una gran sonrisa.

- ¡Vamos a buscarlos! - gritaron todos al unísono.

Todos fueron al aula de ellas y se amontonaron todos para comer. Había dulces, masitas con relleno, entre otras cosas.
Todos los demás alumnos del curso se asombraban por los mas grandes y altos.
Mientras algunos charlaban Ángel  limpió las comisuras de la boca de Axia mientras Allen observaba de lejos con furia y dolor. A él le encantaba demasiado la nueva muchacha. Solo agarró sus libros y los reventó contra la mesa. El grupo se fundió en horrible silencion contemplando la escena del chico, quien luego se retiró sin decir nada.

Las otras dos chicas que se la pasaban en el fondo del salón comprendieron todo, pero sabían que lo mejor sería no decir nada para que no hubiera discordia.

Al otro día Axia se topó con una sorpresa en su banco. Nada agradable considerando la idea que tenía sobre algunos de sus compañeros, sobre todo lo que advirtieron sus propias amigas de ellos.

En la mesa se encontraba un papel doblado, una hoja de carpeta escrita a mano. Lo primero que pensó ella fue en Blix pero el contenido de la nota la hizo cambiar de parecer.

"¡Hola Axia! Emm bueno, no sé bien como empezar pero..."

Leyó la primera línea con disgusto por su informalidad y poca organización.

"Solo te quería decir que no te vayas con cualquiera por que tu ma gustas desde el primer día que te vi. Esos ojos y ese cabello es precioso. Te juro que apenas tuve valor para escribir esta nota. Soy de tu salón y quiero que hoy nos encontremos en la biblioteca para hablar. Solo tu y yo hermosa."

Así concluyó la mediocre nota.
Allen estaba observando ansioso y la vez sonrojado.

- ¿Quién fue el estúpido? - susurró ella rompiendo la nota para tirarla a la basura.

- ¿Y eso? - Indagó Kalla.

- Nada. Era una nota nada  importante.

Hackers DE-MENTES | ORIGINALDonde viven las historias. Descúbrelo ahora