Versos libres, compartidos entre dos amigos desde la distancia, con el único fin de expresar entre letras poesía que logré tocar corazones, esperando disfruten y gusten de cada verso, les damos la bienvenida.
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Rojo carmesí, en sus labios de doncella, sus besos como flores adornando aquel jardín, brotando y destilando sus amores, color púrpura que entre lilas y orquídeas se dejan ver.
Sus ojos, como un sol iluminando el amanecer, y un suspiro es el rocío que refresca cada despertar, su olor impregnando al viento, aromatizando con su sonrisa un regocijo que alimenta cada ser.
Su piel brillante, blanca y suave como nubes de algodón, mirada de mil suspiros, silencios de mil tormentos, ojos misteriosos, cautivadores que ante lo más puro y asombroso muestran su brillo y fulgor.
Sus hermosos cabellos, caen por sus hombros como cascadas de primavera, acompañando su belleza, largo como el tiempo y rojo como el fuego.
Su aroma a flor y miel, destilando lo natural y dulce como un delicioso manjar, que logra cautivar a quien por su lado a de cruzar.
Pies del andar suave pero constante, manos blandas, cuidadas, trabajadas por la vida, luchadoras del paso del tiempo.
En su andar, deja huellas en el tiempo al pasar, marcando corazones, doblegando almas con su belleza, con su carisma, y su esplendor.
¡Oh mujer!, estandarte majestuoso, brillante y esplendoroso, madre por naturaleza, hija de la flor del sur, su vos colorea el viento con frescura, recorriendo corazones intrépidos, enamorando su alrededor, con su sonrisa innata, y su deleitoso hablar.
Mujer de sensibilidad indomable, de la noche y el día, mujer osada y atrevida, seductora, vehemente, cautivadora, ladrona de miradas y de eternas palabras, de frágiles juramentos, y de promesas sin tiempo.
Mujer de cien formas de amar, madre, hija, amante y esposa, mujer de primavera e inviernos, de hojas otoñales, de veranos inolvidables, fresca como la lluvia, ardiente como el deseo.
Virtuosa, la fantasía hecha realidad, preciosa y radiante como la luz que trae a la aurora cada mañana.
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