Sesshomaru Y El Hilo Rojo Del Destino ▪せっしまると運命の赤い糸▪
"Hace muchos años atrás cuando los cuando los imperios de Japón se enfrentaban para conquistar nuevas tierras diversos imperios fueron derrotados y conquistados muchas muertes se presenciaron, p...
Los siguientes tres días de invierno fueron tranquilos, hasta que un día por la tarde, un sirviente del palacio corría desesperadamente en busca de la princesa, quien se encontraba leyendo un libro en el jardín.
—Su Alteza, siento mucho que su hora de lectura sea interrumpida, pero le ha llegado una carta del príncipe Katashi de las tierras del sur.— Dijo éste con la carta en mano.
La castaña dejó de leer el libro para tomar dicha carta.
—Puede retirarse.— Dijo levantándose su asiento para dirigirse a su habitación.
Se sentó sobre la alfombra roja y sacó la carta del sobre para después leer lo que había escrito en ella.
▪Inicio de la carta▪
Soberana de Heian-Kyo, me enterado de las presencias demoniacas que os ha estado causando problemas, ofrezco mi ayuda para respaldar su Imperio, estaré con vosotros en vuestro palacio dentro dos días, llevaré mis mejores soldados.
- Príncipe Katashi de las tierras del Sur. -
▪Fin de la carta▪
▪Imperio Del Gran General Perro▪
—Salimos triunfadores, fue tan fácil someter a esos demonios Cuervo.— Dijo Arata acariciando su larga cabellera, el ojo azul miraba de reojo al ojos dorados, éste se encontraba mirando como los habitantes del imperio iban y venían.
—Zorro, encárgate del palacio, saldré un momento.—Dijo caminando hacia la salida.
▪Imperio De Heian-Kyo▪
Los aldeanos corrían dispersos por todos lados, estos gritaban por ayuda, mientras que en el castillos los sirvientes corrían por largos pasillos en busca de la princesa, quien se encontraba en su habitación.
—¡¡PRINCESA!! Dos más de esos temibles demonios han vuelto aparecer en nuestras tierras y están atacando a los aldeanos ¡tenemos que hacer algo!—Dijo Kaede alterada.
—¡Rápido traigan mis flechas, y preparen la espada celestial!— Ordenó a los sirvientes que se encontraban atrás de Kaede. —¡Nana ve con Ikki y dile que resguarde a los aldeanos mientras yo me encargaré de esos demonios!— Dijo para después salir.
La mujer hizo lo que la princesa le había ordenado y fue en busca del protector, mientras que Aiko se encontraba cara a cara con los dos demonios, éstos eran iguales en aspecto; los dos eran de color café con cuatro cuernos en la frente, de cuerpo redondo y ojos rojos, estos ya habían matado a uno o más aldeanos, pues de sus enormes bocas emanaban grandes cantidades de sangre.
Los dos demonios se acercaron dispuestos a atacar a la castaña pero esta los detuvo al lanzar una flecha celestial, esto hizo que aquellos demonios se enfurecieran más.
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