Sesshomaru Y El Hilo Rojo Del Destino ▪ せっしまると運命の赤い糸▪

■ Capítulo 7 ■

~Anteriormente~

Unos ojos dorados se abrieron encontrándose con el cielo nocturno, el peliplata se puso de pie, y tan pronto como lo hizo los Yõkais que lo custodiaban se acercaron a él, pero este los atacó con su látigo verde, acabando con la vida de estos, mientras que un enano verde salía corriendo para avisarle a su ama sobre lo acontecido.

■Tierras del oeste■

La peliplata se encontraba aún sorprendida preguntándose cuál era la razón del parecido de esta chica con Aiko, pero un enano verde la sacó de sus pensamientos.

—¡Ama! ¡E..El joven amo ha despertado!— Soltó Jaken de forma afligida.

— ¿Qué estás diciendo? Vamos con él.— Dijo está saliendo de la celda para dirigirse a donde Sesshomaru.

Mientras tanto Rin seguía sin entender que sucedía, unos ojos la observaban, y en un abrir y cerrar de ojos los Yõkais encargados de cuidarla cayeron al suelo, lo que alarmó a la chica, por lo que decidió levantarse del suelo para acercarse a la celda pero se quedó estática cuando un hombre de ropas negras apareció justo enfrente de ella y abrió la celda.

—¡Señorita! Tenemos que irnos.— Dijo Ikki tomando la mano de la chica.

Por otra parte, en el bosque se encontraban Arata, Jaken y Irasue, la peliplata acortó la distancia que la separaba de su hijo.

—¡Sesshomaru!— Dijo está al ver al ojos dorados.

—Sesshomaru, al fin abriste los ojos.— Dijo Arata tapando la mitad su rostro con su abanico.

— ¡Hmph! ¿Qué demonios? Sólo tome un descanso y ustedes mandan a esos inútiles a interrumpir mi tranquilidad.— los miro de forma asesina. 

— Amo no fue as...— Jaken fue golpeado en la cabeza por la peliplata, por lo que este la miro mal.

—Vamos al palacio.—  Dijo está tomando a su hijo del brazo, y le dirigió una mirada al zorro para que no mencionara nada por el momento, a lo que este sólo asintió.

A las afueras de las tierras del oeste se encontraba Rin quien se preguntaba a donde iban con tanta prisa, aunque al ir avanzado su corazón le decía que ella ya había estado en este lugar, el joven que llevaba en brazos a Rin se detuvo en un templo, del cual salió un monje.

—Ella es...— Se acercó a la chica aquel hombre de edad avanzada.

— Así es, su excelencia, ella apareció de la nada, pero fue muy tarde puesto que cuando por fin logré llegar a donde se encontraba ya la habían capturado.— Respondió Ikki.

—Entren al templo por el momento es conveniente que descansen, mañana la interrogaremos .— Dijo esté caminado hacia adentro.

■ Tierras del oeste ■

— Será mejor que descanses Sesshomaru, mañana hablaremos.—  Dijo la peliplata saliendo de la habitación del ojos dorados.

Irasue se dirigió a donde estaba Rin pero sólo encontró con los Yõkais tirados en el suelo.

—¡Oigan ustedes! ¿Qué creen que están haciendo? ¿Quién dejó salir a la chica?— Pregunto está molesta.

— Realmente no sabemos que fue lo que pasó, todos estábamos en el suelo cuando despertamos.—  Respondió uno de los guardias.

En ese mismo instante el albino de ojos azules apareció.

—¡¿Qué está pasando aquí?!— Pregunto esté.