Todos en las tierras del oeste caminaban apresurados, llevando adornos de un lado a otro, puesto que el esperado festival de otoño ya había llegado, podían andar libremente por los alrededores, con la única condición de no lastimar a ningún inocente humano, por otra parte, en el palacio, los niños se habían pasado todo el día jugando en el gran patio, mientras que la Yokai los observaba, empezaba a oscurecer por lo que decidió hablarles, para que fueran juntos al festival que se llevaría a cabo.
— Niños vengan, iremos a cambiarnos. — Decía la peliplata mientras se ponía de pie.
— ¿Dónde está mi padre? — Preguntaba el pequeño mientras subían las escaleras.
— Vendrá en un rato, ya casi está oscureciendo, dense prisa.— Decía mientras apuraba los pequeños. — Bien, Aiko ven, te podrás este kimono.— Decía mientras le entregaba un kimono de seda color negro con estampado de flores de cerezo.
— ¡Qué lindo!— Expresó la niña.
— Quiero usar este.— Dijo Sesshomaru mientras tomaba un haori de color blanco con estampados de hojas de maple y mangas rojas y una hakama a juego con el haori.
Una vez que terminaron de cambiarse, Irasue arregló el cabello de Aiko, y con algo de pintura, pinto las marcas que ellos tenían en las mejillas y una pequeña luna en su frente.
— Te ves como una de los nuestros.— Decía la inexpresiva mujer. — Ten mírate.— Le dio el espejo para que pudiera verse.
Por otro lado, Inu No Taisho acababa de llegar, y fue recibido por sus sirvientes, subió las escaleras y se encontró con una agradable escena que jamás olvidaría.
— Mírate que monada.— Dijo este mientras entraba a la habitación.
— ¡Señor Inu No Taisho!— La niña corrió a recibirlo con un cálido abrazo.
— Padre date prisa, sólo estas perdiendo el tiempo.— Decía este, mientras le daba una mirada amenazante típica en él. Una vez que todos estuvieron listos, comieron y como el mayor les había prometido a los niños se sentaron el junto a una fogata y el peliplata empezó a contarles leyendas que realmente solo asustaban a la pequeña, Sesshomaru sólo escuchaba las tonterías que decía su padre.
— Y como les decía por eso nunca deben andar salir de sus habitaciones, nunca sabes si el Kitsune se los llevara.— Soltó una gran carcajada al ver la cara de Aiko.
— Eso no da miedo padre, Aiko no me aprietes tanto.— Decía mientras trataba de calmar a su compañera.
— Vamos hijo, te pareces a tu madre. — Sintió una mirada amenazante sobre él. — Mi señora, es en el bu .... — Inu N Taisho fue interrumpido por un fuerte estruendo proveniente del pasillo lo hizo ponerse de pie.
La fogata de un momento a otro se apagó, y la pequeña Aiko se aferró más Sesshomaru, quien también se ponía de pie. Una silueta masculina se aproximaba a la puerta, no se podía ver bien quien era, Aiko trataba de ver, pero estaba muy asustada, y cuando se armó de valor para ver quien era casi se desmaya.
— Kit...Kitsune. — Expresó asustada, mientras los mayores dirigían su vista a la entrada.
— Inu No Taisho ¿Qué tonterías le has contado a esa pequeña de mí?— Pregunto irónico.
— ¡Zorro!— Este se acercó al albino quien al verlo sólo le revolvió el cabello.
— Por fin vienes, ya esta por comenzar el festival, los niños me pidieron que hiciéramos una fogata y contáramos historias de terror. — Dirigió su vista al albino y después a una pálida Aiko y empezó a reírse después de ello.
— Sus historias no dan miedo en absoluto.— Decía el inexpresivo peliplata.
— Aiko no temas, hablaba de otros zorros, este es bueno, además tu eres muy valiente.— Trataba de calmar a la pequeña.
— Así es, espera, no somos así, en fin, solo me estas difamando mal amigo.— Soltó de la forma más dramática y resentida posible, Sesshomaru se acercó a las bolsas que este traía y las abrió observo que lo que había dentro.
— Oye zorro, ¿Qué son estas cosas?— Tomo una de esas cosas redondas en sus manos, Aiko se acercó a él, y lo miro fascinada.
— Ah, eso es una kabocha, o como los humanos lo conocen calabaza.— Explicó el Arata. Sesshomaru tomo una de las calabazas y la coloco en el piso, y dirigió una mirada a Aiko, una mirada de llena de complicidad, empezaron a jugar la con la calabaza, el albino al ver lo que hacían se trató de poner de pie y trato de regañarlos, pero fue detenido por Inu No Taisho e Irasue.
— Vamos niños, eso no es una pelota, si siguen haciendo eso la calabaza gigante se los va a tragar.— Comentaba este seguro de lo que decía, los demás solo se rieron. — Vengan le tallaremos una cara a la calabaza, pero démonos prisa quiero ir al festival.— Hizo un pequeño puchero.
Así fue, después de hacerle una cara de terror a la calabaza salieron para divertirse un poco, esos festivales eran mas alegres que los de los propios humanos, Aiko pasaba todos los otoños con la familia del general perro. Pero quien podría imaginar que todo esto solo terminaría en una tragedia.
Fin del especial.
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Hola queridas lector@s, les dejo este especial que realice para noviembre; día de brujas, es de mi propia autoría al igual que las demás, por lo que queda estrictamente prohibido plagiar mis historias. Gracias capítulos próximos y nuevos estrenos, esperen nuevo ending.
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Sesshomaru Y El Hilo Rojo Del Destino ▪ せっしまると運命の赤い糸▪
Fiksi PenggemarSesshomaru Y El Hilo Rojo Del Destino ▪せっしまると運命の赤い糸▪ "Hace muchos años atrás cuando los cuando los imperios de Japón se enfrentaban para conquistar nuevas tierras diversos imperios fueron derrotados y conquistados muchas muertes se presenciaron, p...