Los gritos no eran un bonito fondo.
La música sonaba alta en sus audífonos, Slim Shady rapeaba con agresividad y sin pausa a través del dispositivo directo a sus oídos, y aunque él seguía las líneas de su música con la misma intensidad mientras cerraba los ojos e intentaba concentrarse en la música, la letra y el ritmo: Era imposible no escuchar el alboroto de afuera.
Los gritos sobrepasaban los decibelios necesarios para que él pudiese oírlos aun sobre la estridente música el alboroto fuera de su habitación.
Bufó cansando y rapeó más alto, más fuerte y con más intensidad. Dorian creía que si subía la voz expresándose cantando, la gente que gritaba fuera se callaría.
Pero eso no sucedió. En realidad nunca había sucedido. Y él ya se estaba cansando de intentar. Porque ya lo había intentado todo, había tratado mediando palabras, mediando gritos poniéndose a la misma altura, y había mediado los golpes, pero nada de eso había funcionado realmente. Quizá lo único que había logrado era incluir al menú del desastre una guarnición perfecta para la receta del desastre, había presentado los golpes a la orden del día, como si comportarse como bestias neardentales solucionara algo...
Dorian terminó quitándose los auriculares mirando hacía atrás, hacia la puerta: Como si viendo la madera de la entrada pudiese ver a los causantes de los destrozos. Negó con la cabeza y miró la hora.
4:26 pm
Entró en los contactos de su móvil y dio un par de vueltas entre los nombres que allí figuraban. También había un grupo donde resumía a todos sus contactos más cercanos, pero sinceramente no tenía ánimos de perturbar a todo un grupo por algo que podía conversarlo con una sola persona. Lo seleccionó y escribió:
"Está pasando de nuevo. Quiero darme un tiro!"
Y dio enviar. Él sabía que su mensaje no sería mal interpretado.
La respuesta llegó a los pocos segundos con la voz estridente de su padre de fondo:
— ¡Yo me parto la espalda para que esta maldita familia tenga un plato de comida en la mesa, vieja mal agradecida! — a continuación el sonido de una vasija rompiéndose contra el suelo.
"No por favor, no te mates. Ya me caes bien :D"
Dorian sonrió.
"No dije que iba a matarme... solo quiero darme un tiro"
Esperó a que el mensaje se enviara y vio como su amigo ya estaba escribiendo una respuesta.
"Bien, pero si te lo vas a dar, que no sea en tu brazo bueno, o en el hígado: Podrías donarlo a alguien que lo necesite..."
El teñido negó con la cabeza a punto de responder, cuando un nuevo mensaje llegó:
"Necesitas hablar? Ya salí de clases, Andy se fue antes :("
Dorian rápidamente escribió.
"sí. necesito salir de aquí. rápido"
— ¡No puedes simplemente hacer lo que te viene en gana! ¡Esto no es un maldito patriarcado!
— ¿Qué vas a saber? ¡Eres una inútil!
— ¡Suéltala!
Los gritos no cesaban, sin embargo él ya acostumbrado, por lo que comenzó a vestirse sin tener demasiado en cuenta la discusión afuera.
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Cómo ordenar una pizza: Una guía para idiotas.
Fiksi Remaja¡Ordenar una pizza jamás había sido tan fácil y divertido!